martes, 20 de septiembre de 2016

DAMAS DE NOCHE

Colaboración de José Martínez Ramírez
Capítulo XI
Esas noches perdidas, mojadas de alcohol,
que pocas veces sonreían. Descarrilados
nuestros trenes, cuando ya el sol
deslumbraba nuestros sexuados
cuerpos de revistas Rock and roll.
 
En la puerta de un hotel, arropados
por nuestra inseparable depresión,
donde se ve la luz primera, cansados
ya de ese mar de olas gigantes de ron,
en los veleros de Jhon Silver “El Largo”.

Las hadas no se han ido aún y el vagón
se puede habitar aunque esté anclado…
¡Qué lejos queda tu azul y poco blusón!
Temblaban mis dedos y mi aliado
pulso con el latido de tu pulmón.

Le canté la canción que había grabado
Maccartney con Lennon, Starr y Harrisón.
El Loco de la Colina, en los muros del Prado,
cuando la ciudad en aquel verde rincón
era un mundo nuevo allí desplazado.


         




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