Colaboración de Paco Pérez
LAS ASIGNATURAS PENDIENTES DEL CRISTIANO
El
comportamiento humano de Jesús no se
ajustaba a lo que aquella sociedad entendía como “correcto”, por eso no lo recibieron bien los de una y otra
condición social, y de ahí que su “mensaje”
sólo fuera comprendido y aceptado por unos pocos.
Entonces,
las personas estaban agobiadas porque los romanos
les hacían pagar muchos impuestos, los reprimían militarmente y
los ricos también los trataban
injustamente.
Vino
Jesús y les propuso “amar y perdonar a los enemigos”, temas
que ellos no habían escuchado nunca, y por ello… ¿Podían aceptar a Jesús unas mentes que estaban contaminadas por aquel
modelo de vida injusta?
Les era
muy complicado y, además, porque había otras razones:
El
pueblo llano e inculto no lo aceptó
porque no podía comprender que Él
les pidiera perdonar a los romanos invasores cuando los tenían pisoteados
militarmente. Ellos esperaban a un Mesías
guerrero que se enfrentara con las armas a los soldados y no a un pacifista.
Los
dirigentes religiosos actuaban con un
modelo contrario al que debe tener todo director espiritual del pueblo, lo
hacían así porque tenían intereses y comportamientos contaminados... ¿Podían estos señores aceptar lo que les predicaba
Jesús?
El
poder militar de Roma sólo estaba interesado en expansionar el Imperio pero éste, para pagarle al ejército, tenía que recaudar
dinero y lo obtenía agobiando al pueblo ocupado con impuestos.
Inmerso
en este contexto histórico es donde predicaba Jesús y, al hacerlo, los más oprimidos se sentían halagados cuando
lo escuchaban decir: [Amad a vuestros
enemigos, orad por los que os persiguen, perdonad setenta veces siete, a quien
os hiere en una mejilla, ofrecedle también la otra.].
Pero,
por las situaciones reales con las que allí convivían, hasta los más humildes
se escandalizaban con estos mensajes pues consideraban que sólo podía decirles
eso una persona poco cuerda.
Las
gentes del pueblo de Israel estaban
acostumbradas a sufrir desde hacía mucho tiempo porque habían sido invadidos en
más de una ocasión por otros pueblos, padeciendo la injusticia cruel e
inmerecida de su opresión militar y las deportaciones. Por esos recuerdos se
comenzó a difundir la noticia infundada de que la fuerza de Dios intervendría para liberarlos y que
destruiría a quienes oprimían a Israel.
Este sentimiento popular comenzó a estar entre el pueblo y Jesús les hablaba de algo totalmente distinto: [Dios no es violento, sino compasivo; ama
incluso a sus enemigos; no busca la destrucción de nadie. Su grandeza no
consiste en vengarse, castigar y controlar la historia por medio de
intervenciones destructoras. Dios es grande no porque tenga más poder que nadie
para destruir a sus enemigos, sino porque su compasión es incondicional hacia
todos.]
La
demostración de cómo es Dios para el
hombre está en Mt 5,45:
[Hace salir el sol sobre buenos y malos, y
manda la lluvia sobre justos e injustos.].
Este
texto demuestra que Dios no nos
responde en función de lo que hacemos, Él
lo hace guiado por el AMOR que
siente por nosotros, y por eso se
compadece de nuestros problemas, nos
acoge y nos perdona.
Esta
realidad era la que intentaba enseñarles Jesús,
por eso no lo aceptaban los que hablan de Dios
en términos guerreros o del anunciado Mesías
que les enviaría para que destruyera a los enemigos de Israel.
Con
estos planteamientos lo que hacían era incitar al odio contra quienes
consideraban sus enemigos, todo lo contrario de lo que hace Dios con el hombre. Jesús no les hablaba de un perdón a la
carta, era algo más amplio y en él nadie quedaba fuera pues el amor de Dios busca el bien de todos.
Jesús no presentó
el amor al enemigo como una ley universal sino que esta propuesta necesita de nuestro esfuerzo, de aprender a eliminar el odio en nuestros
actos, de querer superar el
resentimiento y de hacer el bien
a todos.
Jesús, cuando les
hablaba de cómo debían “orar”, les
pedía que también lo hicieran por los enemigos,
tal vez, para ir despertando en los hombres el amor hacia quien nos cuesta
amar. Pero, cuando les hablaba de amor no estaba pensando en sentimientos de
afecto, simpatía o cariño hacia quien nos hace mal. Él les proponía amar al
enemigo pensando en hacerle lo que es bueno para él y ayudarle a que viva mejor
y de manera más digna.
Jesús, sin miedo,
se enfrentó a todos y a todo para acabar con el ambiente generalizado de odio que
había allí hacia los enemigos de Israel
y por eso les decía: [Amad a vuestros
enemigos, haced el bien a los que os odien.].
El
Reino de Dios inicia su recorrido
aquí si practicamos la destrucción del
odio y la enemistad entre los hombres.
El
Señor es santo y nosotros, al ser
hijos suyos, ya adquirimos la condición de santos. No obstante, yo entiendo que
el asunto no debe ser tan sencillo porque si Él no odia, reprende al
que va por mal camino para que se enderece, no se venga, no guarda
rencor y AMA a todos sus hijos
por igual… ¿Vamos a ser “santos”
nosotros por el hecho de ser sus hijos y no hacer lo que hoy se nos propone?
Yo
creo que debemos currarnos esa condición porque si fuera hereditario ya sabemos
lo que hacen quienes heredan grandes propiedades… ¡¡¡Dormir la siesta!!!
Las
acciones que debemos poner en práctica son las piedras que nos hacen tropezar
con facilidad y las que serán determinantes para pasar el examen final. Supongo
que algún presente bueno tendremos que llevar al entrar en la FIESTA… ¿Ha quedado claro qué se nos pide?
Por
si no es así, debo recordarles que la grandeza del hombre está en su humildad y en saber comportarse, a diario, inmerso en el ambiente que le ha
tocado vivir, respetando y ayudando a quienes lo necesitan y sin
mirar su condición social; eso es lo que debemos hacer porque eso es lo Dios desea que hagamos.
Si
el hombre, cuando actúa, hace daño a otro con cualquiera de las formas
ignominiosas que hay pues Dios no le
aprobará, supongo. Los hay que usan sus capacidades intelectuales para
ridiculizar a quienes tienen una formación baja, hubo científicos que lo hicieron, pero éstos deberán saber que serían
unos necios si se evaluaran al lado
de Dios. Él no necesitó lumbreras intelectuales para llevar su mensaje de AMOR a los hombres, sólo se fijó en que
fueran personas de buen corazón y que estuvieran dispuestas a dejarlo todo para
seguirlo… ¿Cuántos requisitos podemos
superar nosotros?
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