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lunes, 2 de abril de 2018

CANCIÓN DE MARZO


Colaboración de José Martínez Ramírez


Ese marzo que no paró de llover,
esas lumbres con sus llamas
esos labios de fresa y miel,
y lunas en Atocha por la mañana.
Ponga un Jacks Daniel’s otra vez.
Esos horizontes de ambulancias,
el cielo de Madrid con humo y fuel.

Su corazón es tan grande y canalla
que rima con su piel cada vez
que late y ella busca su nirvana,
nombra un nombre de mujer
y otras de un hombre la cristiana.

Y todo, en marzo que no paró de llover,
esas nubes, esa escalera, una manzana.
En esa roja habitación de hotel,
capítulos de mi novela kafkiana
que mi musa, en silencio, vuelve a leer
mientras vuelvo a llenar la copa de cava
y, entre sábanas, volvemos a beber.

Su corazón es tan grande y canalla
que rima con su piel cada vez
que late y ella busca su nirvana,
nombra un nombre de mujer
y otras de un hombre la cristiana.

Quiero ir a casa y me arropa otra vez
disfrazada con su lanza de romana.
Las flores se le deshojan a esa mujer,
Me amenaza y me dice: No te vayas
Y acaba el trabajo, que pareces de papel.
Con este tercer gatillazo mi sultana
va en serio, me llamara el cascabel.

Su corazón es tan grande y canalla
que rima con su piel cada vez
que late y ella busca su nirvana,
nombra un nombre de mujer
y otras de un hombre la cristiana.


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