sábado, 21 de diciembre de 2019

DIOS SIEMPRE ESTÁ CON NOSOTROS


Colaboración de Paco Pérez
ACEPTACIÓN DEL MENSAJE
ADVIENTO IV
Las personas siempre buscamos respuestas inmediatas pues no tenemos paciencia con quienes las tienen que dar, los hombres o Dios. Hoy nos encontramos con esa realidad y ante ella nosotros debemos dar en cada momento los pasos adecuados, después sólo nos quedará confiar en que las partes implicadas cumplirán con su responsabilidad. Para que esto suceda es necesario tener fe verdadera en Dios… ¿Por qué?
Porque Dios es eterno y su actuación lleva un ritmo diferente al nuestro. Ejemplo: En el año 734-33 antes de C. el pueblo de Israel sufría los enfrentamientos entre el Reino del Norte y el del Sur y el profeta Isaías trató de impedir la lucha reconduciéndolos por el camino de la fe en Dios y la no violencia hacia el entendimiento pero ellos no lo escuchaban y preferían formar alianzas con otros pueblos fuertes para vencer a los otros. Intervino Dios, está en Isaías 7, 10-14:

[En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
- Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.
Respondió Acaz:
- No la pido, no quiero tentar al Señor.
Entonces dijo Dios:
- Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.].
Escucharon al Señor, no hubo guerra, se cumplió la señal dada pues la mujer dio a luz un niño y, dando gracias a Dios, le puso Emmanuel.
Con este mensaje misterioso de salvación anunció lo que ocurriría muchos años después, el nacimiento de Jesús, un hecho que también salvaría a los hombres.
Cuando llegó el momento de hacer realidad este anuncio se planteó una situación extraordinaria y para comprender la grandeza de María y José lo mejor es viajar al pasado del pueblo de Israel y conocer la tradición que allí había para formar una familia. Para que el matrimonio judío tuviera validez tenían que dar dos pasos, el contrato o desposorio y la cohabitación. María y José ya habían dado el primero y estando en esa fase ella concibió a Jesús pero, como no habían cohabitado, esta situación le permitía a José ejercer su derecho al repudio… ¿Fue fácil para José entender que María, sin cohabitar con él, quedara embarazada porque el Espíritu Santo había realizado un milagro en ella?
La grandeza de José quedó patente cuando dudó, se planteó repudiarla, estudió hacerlo con la fórmula que le hiciera el menor daño posible pues, como la quería mucho, no deseaba que María fuera acusada de adulterio y fuera lapidada. Mientras intentaba encontrar la mejor solución el Señor le ayudó y, en sueños, le hizo comprender lo ocurrido, él aceptó el mensaje, entonces comprendió las razones que María le había dado, la tomó como esposa y se convirtió en ejemplo de esposo y padre.
Vivimos en unos tiempos en los que la familia está en horas bajas, donde los esposos no se aguantan ningún contratiempo y así, con la primera ventolera que se les presenta, rompen la unión sin mirar antes cómo van a quedar ellos y los niños, los más débiles.
En los tiempos bíblicos la estructura familiar era inamovible, cada cual tenía que cumplir con su cometido y los mayores, abuelos y padres, eran respetados al máximo. En ese marco familiar se aprendía la esencia de la convivencia y a cumplir con los principios religiosos del judaísmo. Además, contribuía a ello el hecho de que las viviendas se construían agrupadas, lo hacían alrededor de un espacio central que era usado por todas ellas, en él dejaban los aperos de labranza, compartían el molino y el horno, se intercambiaban los animales y los aperos, se ayudaban unas familias a otras en la recolección de las cosechas… ¡Aprendían de manera práctica el mensaje que después nos legó Jesús!
Cuando Él les predicaba acompañaba sus mensajes con ejemplos que había aprendido en el ambiente rural donde se crío.
Han sido suficientes XX siglos para que la individualidad y el relativismo hayan eliminado la cultura de la solidaridad y la convivencia, por eso tenemos los ejemplos negativos de nuestros tiempos.
¿Dónde ponemos la creencia?
En una conveniencia personal pues no nos atan los actos oficiales: Bautismo, eucaristía, confirmación, matrimonio y defunción. En estos momentos puntuales es cuando nos acordamos de que somos cristianos, el resto del tiempo hacemos lo que creemos oportuno y nos quedamos muy tranquilos.
Sería bueno analizar los hechos familiares actuales con la mirada puesta en el pasado y en el presente, enamorarnos de la Sagrada Familia y valorar lo importante que sería ilusionarnos con el ejemplo de María y José para cambiar los planteamientos familiares de nuestros tiempos.
También debemos fijarnos en el ejemplo de Pablo, él también fue llamado por el Señor, lo acogió y dio un cambio radical a su vida… ¡Pasó de perseguirlo a trabajar por la divulgación de su mensaje y a morir por Él!
No se cansaba de proclamar que debemos dar testimonio de Jesús llevando su mensaje a quienes estén alejados de Él o lo desconozcan y para ello proponía estar cerca de quienes estuvieran marginados por la sociedad. Aconsejaba que estar sin ataduras era la situación ideal para servir a Jesús pues debemos estar preparados para sufrir las consecuencias de su seguimiento.



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