Colaboración de Paco Pérez
LEY Y TENTACIONES
Desde
el comienzo de los tiempos, el Padre
se manifestó al hombre para mostrarle su
LEY.
¿Fue esta la primera vez que lo hizo o hubo otras?
Esta
interrogante es, para mí, uno de sus grandes misterios pero considero que lo
haría para orientar las necesidades que iban surgiendo a las personas debido a
la evolución mental que alcanzaban y por esa razón, tal vez, no tuvieran el
mismo contenido pero debemos entender que lo importante de la Ley está en el texto que la desarrolla, en la interpretación que cada persona le da y en la disposición personal
que muestra para cumplirla.
En Génesis 2, 7-9; 3, 1-7, se nos comunica
que Dios, el hacedor de todo, nos
regaló un lugar maravilloso para vivir, en él no nos hubiera faltado de nada y allí
nuestra felicidad hubiera sido completa. Hubiera ocurrido así si Eva y Adán se hubieran limitado a disfrutar de lo
recibido tomando lo que necesitaban y respetando las
condiciones que Él les puso.
Ellos
vivían felices pero el “maligno”
entró en acción, les mostró con su gran capacidad de seducción la TENTACIÓN y les probó la fortaleza
espiritual que tenían. Les presentó el “mal”
de manera que les causara placer pues les regaló el oído con una propuesta ambiciosa, ellos lo creyeron, no respetaron al Padre y
su decisión libre fue una lamentable metedura
de pata pues ya vivieron esclavos de la muerte, la enfermedad, la comida, el
vestido, el dinero, el frío, el calor, el trabajo...
Nosotros,
conocedores del peligro que nos acecha a diario, estaremos alertas y fuertes
para que el “maligno” no se
aproveche de nuestras debilidades, lo que ocurrió a Eva y Adán. A pesar de
este suceso, en nuestros días, los hombres seguimos sin rechazar la tentación que nos propone el “mal”, es lamentable pero así es. Por
ello debemos saber que por el pecado de una persona fuimos pecadores, desde Eva hasta Moisés. No obstante, se debe aclarar que, hasta Moisés, la Ley no fue entregada a los hombres y, lógicamente, hasta entonces
sus pecados no los tuvo en cuenta Dios.
Lo que sí continuó vigente fue la MUERTE
que habíamos heredamos por la desobediencia que ellos cometieron.
Está
en Romanos 5, 12:
[Lo mismo que
por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la
muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.].
Cuando
el Padre entregó la Ley a Moisés ya cambió la situación porque ya sí se imputaban los
errores a sus autores.
La
venida de Jesús marcó un avance
enorme en la relación hombre-Dios
pues, con su “Muerte y Resurrección”,
todo cambió de manera radical… ¿En qué consistió
ese cambio?
Favoreciendo
a las personas con un efecto contrario:
Lo
podemos comprobar en Romanos 5, 18-19:
[En resumen: si
el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la
justificación y la vida.
Si por la desobediencia de uno todos
se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán
en justos.].
La
maldad del “maligno” no tiene límites porque si “probó” a Jesús… ¡Cómo no lo va a intentar con nosotros!
Supongo
que las formas que utiliza para “tentarnos”
serán tantas como “debilidades”
tenemos.
Al
pueblo de Israel, cuando estuvo
vagando 40 años por el desierto, también lo “probó” y le falló al Padre
no sabiendo valorar que los había
liberado de la esclavitud, añorando la comida de Egipto, practicando la
idolatría… Supongo y no afirmo, que la única explicación lógica que encuentro
para lo que hicieron fue que no tenían una confianza total en Él. Jesús también fue probado
en el desierto pero Él sí confió y
por eso triunfó ante sus argucias.
¿Quién
no es “tentado”, cada día, mientras atraviesa
el desierto de la vida?
Todos
y con una frecuencia impresionante. Si nos percatamos de quién está detrás de
ellas las rechazaremos pero si les damos acogida porque las consideramos que
son agradables ya estaremos cayendo en sus redes. Nos “prueba” cuando nos empuja
a comprar cosas innecesarias sabiendo
que somos compulsivos u ostentosos; a desear incrementar el
patrimonio despertándonos el egoísmo,
aunque otros salgan perjudicados; a mostrar ante la sociedad una imagen falsa por presunción, sin importarnos esconder la verdad; a desear el poder para así servirnos de sus ventajas y no para ayudar con justicia, sobre todo a los más
desfavorecidos; a mostrarnos complacidos y felices con esos programas basura en los que se difunde la
intimidad personal amparándose en la
libertad de expresión…
Jesús recorrió en
su CUARESMA el camino del ayuno, la oración, la tentación, el
rechazo, la renuncia a la cosas materiales, la lucha por la justicia, el no
aprovecharse del poder para hacer ostentación de fuerza…
Los cristianos debemos elegir entre los valores que nos propone Dios y los que nos oferta el mundo. Si al hacerlo cometemos errores
y consideramos que la Cuaresma es el
tiempo idóneo para cambiar y, al
acabar, ya nos olvidamos el resto del año de nuestras obligaciones con Dios y con el prójimo pues yo, el primero, tendremos que aceptar que ese proceder
encierra un gran error… ¿Cuál?
La praxis cristiana no debe interrumpirse
cuando acaba la Cuaresma pues el
tiempo propicio para mejorarla es todos los días del año y sin interrupción.
Limitarnos a estos días para asear un poco nuestra espiritualidad es incorrecto
porque según ese comportamiento sólo deberíamos comer en Cuaresma, lo digo porque la
espiritualidad también es un alimento, pero lo cierto es que comemos tres veces todos los días… ¿Qué nos ocurriría si sólo lo hiciéramos en
estos cuarenta días?
Moriríamos y
por eso nuestra fe está en baja forma o enterrada…
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