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viernes, 12 de junio de 2020

VIVENCIAS INOLVIDABLES


Colaboración de José Martínez Ramírez
Para mi compañero Ramírez por los buenos momentos que me regala
José Ramírez Molina
compañero de viaje.
De paso por esta vida
desde el campo salvaje
a la barra fue un día,
para siempre quedarse.
Con la frente marchita
no puede olvidarse
del balón y su alegría,
su pecho aún es un tanque.

Con la briega encogía
al adversario en el aire,
era un ángel que sufría
derramaba mucha sangre.
El volaba más que corría
sus cabriolas con donaire.
Si alguien entristecía
majestuoso su empaque,
con un movimiento hacía
un jugadón con cuaje.
José, que poderío tenía
en el centro era muy grande,
caminando por la vida
besó el infierno una tarde.
Emergió como un auriga
no le tembló el semblante.
Lanza en ristre de guía
su batalla es poco amable,
sin armas y sin porfías
venció al fuego con arte.

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