Colaboración de Paco Pérez
LA LABOR INACABADA DE LOS HOMBRES
La evangelización es una labor silenciosa que pretende ilusionar a los hombres con el hecho religioso. Dios, conocedor de esa realidad, fue cambiando poco a poco la manera de hacerla y lo que pretendía era que sus mensajes fueran entendidos cada vez mejor.
Un ejemplo lo tenemos en Deuteronomio 18, 15-20. Moisés les comunicó en él que en el futuro les anunciaría lo que debían hacer mediante “la intermediación de los profetas” y les mostró las características de quienes fueran investidos para cumplir con esa misión: Pronunciarían las palabras que el Señor pusiera en su boca para indicarles qué debían hacer y qué no. Les advirtió que quienes no escucharan sus palabras Él les pediría cuentas después y el profeta que tuviera la osadía de anunciar en su nombre cosas que Él no se las hubiera ordenado decir o hablara en nombre de dioses extranjeros, ese moriría.
Jesús se marchó a Galilea y el sábado visitó la sinagoga, les explicó las escrituras y todos quedaron maravillados con su enseñanza porque hablaba con autoridad y dominaba los temas con naturalidad. Los doctores de la ley no lo hacían así y eso ayudó a que las personas supieran dónde estaba la verdad y dónde no. También los enseñó a ser justos y críticos con la realidad de su entorno y eso lo diferenciaba de los doctores de la ley pues en ellos todo era artificial y falso.
Cuando estaba hablando Jesús se levantó contra él un fanático judío que se mostró poseído por el demonio y Él le ordenó callar y salir de aquella persona. Este hecho los conmocionó mucho porque fue una demostración real de su poder sobre el MAL y esa escena les hizo comprender que la derrota del maligno se debía a la presencia del Señor en aquel lugar.
Para comprender los exorcismos que realizó Jesús debemos comenzar por contextualizarlos en el tiempo, en el lugar y en las circunstancias que rodeaban a quienes se los hizo.
Las personas que necesitaban su ayuda habían enfermado porque se veían afectadas por las presiones que recibían de los poderes públicos o del modelo patriarcal que imperaba en las familias.
Esa presión que recibían, hombres o mujeres, afectaba a su estado emocional y el entorno no los comprendía, pero sí los marginaba… ¿Por qué?
Porque aquellas personas, además, habían sido educadas en la creencia de que existía un estado superior, el de Dios; otro intermedio, el de los espíritus, y un inferior, el de las personas. Por esta influencia afirmaban que los espíritus influían sobre las personas y éstas, al verse afectadas, tenían que buscar la ayuda de Dios.
Los estudios realizados han comprobado que en los lugares donde la cultura local les hacía creer que la “posesión” existía, ésta se daba, y donde no creían pues no se daba. También se ha comprobado que cuando las presiones sociales son fuertes las afectaciones emocionales existen, mostrando una mayor incidencia entre los hombres mayores, y que cuando se vive con la presión de la familia también se manifiesta, siendo la afectación mayor entre las mujeres.
Como en la cultura del pueblo de Israel existían esas dos clases de presiones y creían que los espíritus actuaban sobre las personas pues esas realidades ocasionaban que creyeran en que las personas estuvieran “poseídas”.
Cómo los exorcismos que realizó Jesús liberaban a las personas de su enfermedad pues los enemigos lo interpretaron mal y lo acusaron de realizar esos prodigios utilizando el poder de Belcebú y Él, como es lógico, se defendió con fuerza de esas falsas acusaciones y no cesó de hacerlos a pesar del peligro que corría.
Después de Jesús los apóstoles continuaron la evangelización; se formaron comunidades cristianas, una de ellas fue la de Corinto; comenzaron sus miembros a tener dudas y para aclarárselas Pablo tuvo que intervenir… ¿Cuál fue el problema suscitado?
Al estar ésta integrada aquella comunidad por personas jóvenes de ambos sexos se plantearon seriamente cómo trabajar por el Reino sin fallarle al Señor. Unos consideraban que el mejor camino era seguir el ejemplo de Pablo y mantenerse célibes pues consideraban que el matrimonio les generaría unas responsabilidades humanas que les impedirían dedicarse totalmente a las cosas de Dios.
Pablo les intentó ayudar planteando las relaciones de las personas con Dios partiendo de las diferentes situaciones en que cada una se encontrara y así las respuestas cambiarían según estuvieran casadas, solteras o viudas. Para él lo importante era que desde cada una de estas situaciones las personas supieran responder a Dios de manera correcta y después, si lo hacían así, no deberían tener preocupaciones y vivirían tranquilas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario