Colaboración de José Martínez Ramírez
Camina
altivo sin hielo
en su preciosa cara,
mariposa grácil. Quiero
para él la luna clara.
Cuando apenas sin quererlo
se da un baño de masas,
divino toca el cielo
con su trompeta, encanta
el bosque de invierno,
que encadena los fantasmas.
Unos labios de arena y viento
traen de Huelva la palabra,
los fandangos el palilleo
que palmean las gitanas.
Del Alosno sube al cielo
un campo vestido de garzas,
fugitivo de un desierto
donde fluyen las guirnaldas.
Siglos de vida y aliento,
buena gente de mi España.
Primavera en tu pecho,
sangre labriega tu casta.
Rocío que brilla del cielo
cayó dormido en tu alma.
en su preciosa cara,
mariposa grácil. Quiero
para él la luna clara.
Cuando apenas sin quererlo
se da un baño de masas,
divino toca el cielo
con su trompeta, encanta
el bosque de invierno,
que encadena los fantasmas.
Unos labios de arena y viento
traen de Huelva la palabra,
los fandangos el palilleo
que palmean las gitanas.
Del Alosno sube al cielo
un campo vestido de garzas,
fugitivo de un desierto
donde fluyen las guirnaldas.
Siglos de vida y aliento,
buena gente de mi España.
Primavera en tu pecho,
sangre labriega tu casta.
Rocío que brilla del cielo
cayó dormido en tu alma.
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