Colaboración de Paco Pérez
LA “BRIGADA AGRARIA”
Capítulo II
He
dejado para el final el relato de ésta porque es la segunda en antigüedad, la más pintoresca, la que sus componentes fundadores
aún siguen tocando la armónica o la guitarra, continúan con sus ocurrencias
graciosas y porque el número de sus componentes en vez de decrecer aumentó.
Ésta es conocida popularmente como… ¡La Brigada
Agraria!
Ésta,
nació hace muchísimos años y yo hasta afirmaría que hace más de sesenta años y,
aunque su bautizo artístico haya sido reciente, la verdad es que no sé quién
fue el padrino que inventó tan original nombre.
El
grupo nació porque Blas “El de Teléfonos”, Juanillo “Carapalo” y Jesús Andrés “Pancho” vivían en las calles El
Santo y Carretera de
Torrequebradilla y esta circunstancia les hacía pasar juntos muchas horas
cada día en el colegio, jugando en el barrio, durmiendo en las eras, tocando los
instrumentos musicales, echando serenatas, contando chistes y riendo… Todas las
noches, aprovechando la luz pública de una esquina, desafiaban los rigores del
tiempo en invierno o en verano y se pasaban unas veladas inolvidables hasta
bien entrada la madrugada porque la faceta cómica siempre estaba presente entre
ellos y, además, porque sus pocos años los empujaba a tener siempre una
predisposición enorme para la risa. En verano trasladaban su campo de
actuaciones hasta las eras próximas a sus viviendas y allí la Luna se encargaba de alumbrarles el
escenario para que la inspiración les siguiera suministrando el contenido de su
espectáculo nocturno.
Han
reaparecido con sus actuaciones unos cincuenta
años después pero hay que reconocerles que han evolucionado mucho pues ya no actúan en las calles o en las
eras sino que han trasladado su punto de reunión a la cafetería “Zona-3” de nuestro pueblo y tampoco
tocan o cantan canciones pues ahora hablan de cualquier tema, preferentemente
agrícola, y, de vez en cuando, cuentan algún chiste o dicen alguna barbaridad
con viejo estilo. Han tardado más años de la cuenta en reunirse a diario porque
las ocupaciones profesionales y sus obligaciones familiares los tuvieron muy
ocupados. Además de lo dicho hubo otra razón que fue fundamental para el
distanciamiento del grupo, vivieron en poblaciones diferentes: Blas en Jaén, Juanillo en Tarragona y Jesús Andrés en Villargordo.
Estuvieron durante ese montón de años tan currantes que no tuvieron tiempo para
tomarse un café de higos a brevas y mucho menos para reunirse cuando venían por
el pueblo para montar sus espectáculos artísticos de antaño.
Cuando
se jubilaron el panorama cambió pues Blas,
retornó al pueblo, compró un tractor y le buscó al tiempo libre un acoplé en la
agricultura; Juanillo comenzó a
venir desde Tarragona varias veces al año por el tema agrario y Jesús Andrés, como cerró el negocio de
las puntas, pues también se centró en la agricultura y estas realidades
facilitaron que se reencontraran de nuevo.
En
la reaparición el viejo grupo aumentó su plantilla con Cristóbal Vivanco “Benito”,
como titular, y con él formaron un cuarteto estable.
Más
adelante se fueron incorporando, como arista invitados, Domingo Navarro “Yerros”;
José Fuentes “Pañolillo Azul”, Domingo
Martos “Morralero”, Antonio Aznar “El del Carro” y algunos otros que siempre van de paso.
Entre
las brutalidades naturales de Cristóbal, el humor de doble fondo de Juanillo, la seriedad de Blas y las exageraciones de Jesús Andrés el
alboroto que se genera es enorme y entonces quienes se acercan a ellos se
contagian con el ambiente y todos los presentes se esfuerzan en decir
barbaridades para que las risas no se apaguen. Lo digo porque lo he vivido en
más de una ocasión, son geniales.
La
pena es que, ahora que habían vuelto a los escenarios, la pandemia también les
ha hecho encerrarse en sus casas, como a todos, y no saben cuándo volverán al
escenario.
José Carlos
Castellano Calles
“Pacho”, el 25 de noviembre de 2011,
escribió “Poema de la Brigada Agraria”
y fue publicado en el Diario JAÉN:
Este nombre militar,
hace, ¡vive Dios!,
justicia al grupo tan singular.
educación espartana le van a dar.
Uno, la vida copió de Fenicia.
Dos, las tierras fueron a cultivar.
Otro, aparatos eléctricos
Las tardes, a tomar café van.
Tras un rato de risas y charlas,
pagan lo que deban
y en el campo una vuelta dan.
estos amigos son tres.
A veces, Juan baja de Tarraco,
y estos amigos son cuatro.
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