Colaboración de Paco Pérez
LA FE Y LA ESPERANZA NOS EMPUJAN
Salomón nos aconseja
pedir a Dios en nuestras oraciones que nos conceda el don de la sabiduría…
¿Por qué?
Porque él, como sólo le hizo esa petición y se la concedió, valoró la gran importancia que tuvo en su vida gobernar con su ayuda y sin ella. Al principio fue justo, el pueblo lo quería y su fama llegó a otros pueblos. Cuando cayó en la tentación cambió, caminó por donde no debía, Dios le pidió que rectificara, no lo hizo y le anunció el castigo que recibiría.
Lo ocurrido a
Salomón y a las señoras que esperaban a los esposos nos enseña que
debemos cuidar a diario los dones que recibimos para que den buenos
frutos y nos hagan estar preparados para cuando tengamos que rendir cuentas al Señor
porque no sabemos ni el día ni la hora en que seremos llamados a su presencia.
En
nuestros tiempos estamos tan amarrados al materialismo que sólo nos acordamos
de Dios cuando truena o enfermamos, mientras
tanto se nos agota el tiempo, nos sorprende la vejez, entonces descubrimos que la
lámpara se está apagando y que nos hemos olvidado de practicar a diario lo que
nos enseñó Jesús, atender al prójimo en sus necesidades.
Nos
ocurre porque vivimos demasiado enganchados a las bondades de la vida pero no
cambiamos a pesar de que la conciencia nos juzga y entonces, como sabemos que
no cumplimos con nuestros deberes cristianos, nos preocupamos de la muerte porque nos llevará a la presencia del Señor, nos asustamos y no la deseamos. Un enfoque equivocado pues
al pensar así, cuando nos visita, causa dolor a los familiares por la pérdida
del ser querido pero la realidad es otra bien distinta.
Enfocamos
la muerte así porque no conocemos
que Jesús dijo que vendría de nuevo
al final de los tiempos y que todos seremos acogidos en el Reino. Cuando
ocurra este hecho los que murieron antes de su venida también serán resucitados
y junto a los que vivan entonces irán a la presencia del Padre.
Si
nuestra fe fuera abundante esperaríamos tranquilos y no temeríamos a la muerte porque pasaremos a una
situación ideal junto al Padre.
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