domingo, 12 de noviembre de 2023

LA SABIDURÍA NOS GUÍA

 Colaboración de Paco Pérez

LA FE Y LA ESPERANZA NOS EMPUJAN

Salomón nos aconseja pedir a Dios en nuestras oraciones que nos conceda el don de la sabiduría… ¿Por qué?

Porque él, como sólo le hizo esa petición y se la concedió, valoró la gran importancia que tuvo en su vida gobernar con su ayuda y sin ella. Al principio fue justo, el pueblo lo quería y su fama llegó a otros pueblos. Cuando cayó en la tentación cambió, caminó por donde no debía, Dios le pidió que rectificara, no lo hizo y le anunció el castigo que recibiría.

Lo ocurrido a Salomón y a las señoras que esperaban a los esposos nos enseña que debemos cuidar a diario los dones que recibimos para que den buenos frutos y nos hagan estar preparados para cuando tengamos que rendir cuentas al Señor porque no sabemos ni el día ni la hora en que seremos llamados a su presencia.

En nuestros tiempos estamos tan amarrados al materialismo que sólo nos acordamos de Dios cuando truena o enfermamos, mientras tanto se nos agota el tiempo, nos sorprende la vejez, entonces descubrimos que la lámpara se está apagando y que nos hemos olvidado de practicar a diario lo que nos enseñó Jesús, atender al prójimo en sus necesidades.

Nos ocurre porque vivimos demasiado enganchados a las bondades de la vida pero no cambiamos a pesar de que la conciencia nos juzga y entonces, como sabemos que no cumplimos con nuestros deberes cristianos, nos preocupamos de la muerte porque nos llevará a la presencia del Señor, nos asustamos y no la deseamos. Un enfoque equivocado pues al pensar así, cuando nos visita, causa dolor a los familiares por la pérdida del ser querido pero la realidad es otra bien distinta.

Enfocamos la muerte así porque no conocemos que Jesús dijo que vendría de nuevo al final de los tiempos y que todos seremos acogidos en el Reino. Cuando ocurra este hecho los que murieron antes de su venida también serán resucitados y junto a los que vivan entonces irán a la presencia del Padre.

Si nuestra fe fuera abundante esperaríamos tranquilos y no temeríamos a la muerte porque pasaremos a una situación ideal junto al Padre.

 

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