viernes, 17 de noviembre de 2023

DIOS NOS REGALA LOS DONES…

 Colaboración de Paco Pérez

¿LOS TRABAJAMOS BIEN?

Hoy tenemos progreso y avances científicos pero sabemos que no tenemos solucionados nuestros problemas y por eso me pregunto… ¿Han servido para repartir con justicia el pastel económico o estamos como siempre?

Nada cambió pues quienes aspiran a gobernar prometen cosas imposibles y, cuando están arriba, se olvidan de sus promesas y los pobres aún no son tratados con dignidad y justicia. Como fruto de esas prácticas la desigualdad social se incrementa año tras año y por ella… ¡Unos son más ricos y otros no pueden comer un cacho de pan!

El progreso debería servir para instaurar el “estado del bienestar”, favorecer la igualdad y combatir la injusticia.

Para que esto ocurra, cuando nacemos, Dios nos regala unos dones que nos ayudarán a trabajar con honradez y esfuerzo. Quienes lo hacen así, cuando estén en su presencia le presentarán su gestión y Él valorará lo que hicieron. Otros se visten de miedo y no comprenden cómo deben gestionarlos, optan por guardarlos en un lugar seguro y, cuando regrese, devolvérselos intactos. Comportarnos así sería un error porque nos olvidaríamos de lo esencial… ¡Dios desea que los pongamos a trabajar con responsabilidad!

Quienes responden mal es porque el temor a fracasar les hace valorar en exceso que ser buenas personas es suficiente para que Dios los acoja y que luchar para que las injusticias dejen de hacer daño a los débiles no es responsabilidad de ellos sino de los gobernantes.

En los Proverbios se valora mucho a las personas responsables que ponen a trabajar los dones, resalta el papel silencioso de la mujer en el desarrollo del plan de Dios y lo hace mostrando en un listado las buenas cualidades que éstas deben tener para que sirvan de orientación a quienes deciden elegir esposa. Las valora porque considera que aquellas que las posean tienen muchas posibilidades de ser unas buenas esposas pues, al sentirse realizadas, trabajarán sin imposiciones al sentirse valoradas y queridas por sus esposos y familiares.

Como ciudadanas responsables, y empujadas por su bondad, mantendrán buenas relaciones en el vecindario y ayudarán a las personas en sus necesidades.

Jesús conocía las realidades de sus gentes y les predicaba intentando romper las barreras que entorpecían la convivencia, no aceptaban que las personas se enriquecieran pronto y con malas artes, pues si unos suben es porque otros bajan.

Guiados por lo material podríamos preguntarnos… ¿Castigó Dios al miedoso y premió a quienes pusieron a trabajar el dinero?

Hoy se nos enseña que acumular buenas prácticas es premiado en el Reino y no hacerlo es castigado.

El camino correcto es ser responsables en el desempeño de nuestro trabajo, en la familia, en el ámbito social… Los incorrectos son egoístas y trabajan con la intención única de acumular innecesariamente lo que ocasiona desnivel y pobreza.

Pablo nos recuerda lo que Dios espera de nosotros y que no debemos olvidarlo pues quienes lo hacen abandonan sus obligaciones con Él y que, en su momento, vendrá para pedirnos cuentas sobre la gestión del capital que cada uno recibimos.

 

 

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