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sábado, 21 de septiembre de 2024

SER PRIMEROS O ÚLTIMOS

 Colaboración de Paco Pérez

¿POR QUÉ CAMINO VIAJAMOS?

Quienes son justos y responsables se preocupan de dar respuesta a los problemas de quienes lloran pero también los hay que no escuchan sus lamentos y, consecuentemente, no intentan consolarlos. Ocurre porque en la sociedad hay carencia de personas responsables y justas que, sin intereses personales, se acercan a quienes lloran para tratar de paliar esas deplorables situaciones.

Jesús conocía estos problemas sociales y por esa razón las propuestas que les hacía buscaban encontrar respuestas pero no eran comprendidas y por eso tuvo que dedicarles algún tiempo para hacerles ver que Él venía a servir, es decir, ser el último y que por ese empeño moriría… ¡Cómo iban a comprenderlo si lo veían como un liberador vencedor!

No fue suficiente el aprendizaje porque el egoísmo les hacía seguir deseando ocupar los primeros puestos y por eso les propuso ser como los niños… ¿Por qué?

Porque en aquella sociedad los niños eran los últimos pero Él los puso delante de todos y les aconsejó que actuaran como ellos si querían ser acogidos en el Reino, es decir, con inocencia y desinterés.

La sociedad continúa sin cambiar el pensamiento pues sucumbe ante la tentación de conseguir el poder para ser relevantes mientras Él sólo se preocupó de ser el último y ayudar a todos.

Santiago también habló de los problemas que afectaban a la sociedad de su tiempo y de su origen. Les dijo que cuando el mal inocula en las personas la envidia y la ambición éstas entorpecen las relaciones sociales y se generan rivalidades que desembocan en enfrentamientos pero si las personas escuchan al Señor aparecen buenos sentimientos, dicen la verdad y practican la justicia aunque no logren que sus buenos criterios sean escuchados.

Hacer el bien es el camino silencioso que debemos andar para mitigar la acción de la ambición pues esta fuerza es alimentada con el egoísmo y no con la búsqueda de puntos de encuentro que satisfagan a todos y no aplasten al débil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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