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jueves, 31 de octubre de 2013

YACIMIENTO DE EPITAFIOS


Colaboración de José Carlos Castellano
Por el mundo caminamos a diario personas con diferentes estilos de carácter, algo que no se compra en el comercio, pero que según el que te correspondió al nacer la vida te puede resultar más desenfadada o más triste.
Siempre me encantó vivir con desenfado los cuatro días de vida que me corresponda disfrutar porque así las úlceras que puedan salir algún día, al sentirse felices mientras contemplan el espectáculo, pues supongo que no tendrán interés alguno en aparecer en mi interior para ponerme de mal humor porque, de ser así, entonces se les acabarías la juerga y las risas ya no se escucharían en su ambiente.

Como buen amante de esta forma de pensar, hace ya algunos años que viajé hasta las fuentes del humor español para beber sus pócimas risueñas y entonces leí algunas cosillas de José Luís Coll, el inigualable genio del humor español.
Casi todos los mayores sabemos que era inigualable cuando actuaba con Luís Sánchez Polack formando el duo “Tip y Coll” pero no podemos olvidarnos de que también fue un genio con la pluma pues publicó catorce libros. Del titulado “Diccionario de Coll”, su libro más popular, se realizaron 27 ediciones.
Una noche ojeaba “Epitafios”, el libro que publicó en 1982, y me quedé maravillado con sus ocurrencias. Una de las que más me gustó fue ésta:
Aquí yace Manuela,
que fue de la tierra al cielo,
sin saber lo que es canela.
Un tiempo después, con lápiz y papel abundante para llamar al sueño, comencé a escribir mis primeros EPITAFIOS y un tiempo después logré coleccionar estos ejemplares, hoy los presento para que sean saboreados por quienes nos visiten.
RECORDANDO a José Luís Coll, el genio del humor… ¡Va por usted, maestro!

Aquí yace un bebedor,
que por amor al vino,
aquí, se vino.

Aquí yace un maestro,
que con los alumnos,
fue muy diestro.

Aquí yace un galeno,
que salvando vidas,
a la suya puso freno.

Aquí yace un conductor,
que perdió la vida,
por mucho revolucionar el motor.

Aquí yace un fumador,
porque al tabaco,
tenía mucho amor.

Aquí yace un ciclista,
porque un conductor,
la bicicleta perdió de vista.

Aquí yace un torero,
pues en arrimarse,
quería ser pionero.

Aquí yace una mujer tan flaca,
que la trajeron metida,
en la funda de una faca.

Un albañil, aquí yace,
se olvidó hacer su nicho,
cuando a todo quisqui se lo hace.

Un buscavidas, yace aquí,
todas las encontró,
por eso se fue de aquí.

Aquí yace un electricista,
que quedó como un tostón,
por no trabajar con vista.

Yace aquí, "Crispín el Orondo",
la familia de luto hondo,
y los gusanos de juergón cachondo.

Yace aquí flaca mujer que ayuno practicó,
se le olvidó comer, y murió.
Y como no tenía qué dar,
a los gusanos, ayuno les dio.

Aquí yace Rosa, gran mujer.
que en su vida no hizo
otra cosa que vivir del placer.

Aquí yace un minero,
que vivió y murió,

dentro de un agujero.

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