Colaboración
de José Carlos Castellano
Por el mundo caminamos a diario personas con
diferentes estilos de carácter, algo que no se compra en el comercio, pero que
según el que te correspondió al nacer la vida te puede resultar más desenfadada
o más triste.
Siempre me encantó vivir con desenfado los cuatro días
de vida que me corresponda disfrutar porque así las úlceras que puedan salir
algún día, al sentirse felices mientras contemplan el espectáculo, pues supongo
que no tendrán interés alguno en aparecer en mi interior para ponerme de mal
humor porque, de ser así, entonces se les acabarías la juerga y las risas ya no
se escucharían en su ambiente.
Como buen amante de esta forma de pensar, hace ya
algunos años que viajé hasta las fuentes del humor español para beber sus
pócimas risueñas y entonces leí algunas cosillas de José Luís Coll, el inigualable genio del humor español.
Casi todos los mayores sabemos que era inigualable
cuando actuaba con Luís Sánchez Polack
formando el duo “Tip y Coll” pero no
podemos olvidarnos de que también fue un genio con la pluma pues publicó catorce libros. Del titulado “Diccionario de Coll”, su libro más
popular, se realizaron 27 ediciones.
Una noche ojeaba “Epitafios”,
el libro que publicó en 1982, y me quedé maravillado con sus ocurrencias. Una
de las que más me gustó fue ésta:
Aquí yace
Manuela,
que fue de
la tierra al cielo,
sin saber lo
que es canela.
Un tiempo después, con
lápiz y papel abundante para llamar al sueño, comencé a escribir mis primeros EPITAFIOS y un tiempo después logré
coleccionar estos ejemplares, hoy los presento para que sean saboreados por
quienes nos visiten.
RECORDANDO a José Luís Coll,
el genio del humor… ¡Va por usted,
maestro!
Aquí yace un bebedor,
que por amor al vino,
aquí, se vino.
Aquí yace un
maestro,
que con los alumnos,
fue muy diestro.
Aquí yace un
galeno,
que salvando vidas,
a la suya puso freno.
Aquí yace un
conductor,
que perdió la vida,
por mucho revolucionar el motor.
Aquí yace un
fumador,
porque al tabaco,
tenía mucho amor.
Aquí yace un
ciclista,
porque un conductor,
la bicicleta perdió de vista.
Aquí yace un
torero,
pues en arrimarse,
quería ser pionero.
Aquí yace una
mujer tan flaca,
que la trajeron metida,
en la funda de una faca.
Un albañil,
aquí yace,
se olvidó hacer su nicho,
cuando a todo quisqui se lo hace.
Un buscavidas,
yace aquí,
todas las encontró,
por eso se fue de aquí.
Aquí yace un electricista,
que quedó como un tostón,
por no trabajar con vista.
Yace aquí, "Crispín
el Orondo",
la familia de luto hondo,
y los gusanos de juergón cachondo.
Yace aquí flaca
mujer que ayuno practicó,
se le olvidó comer, y murió.
Y como no tenía qué dar,
a los gusanos, ayuno les dio.
Aquí yace Rosa,
gran mujer.
que en su vida no hizo
otra cosa que vivir del placer.
Aquí yace un
minero,
que vivió y murió,
dentro de un agujero.
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