Colaboración
de Paco Pérez
LO LOGRAREMOS
SI ESTAMOS DISPUESTOS A MODIFICAR NUESTRAS CONDUCTAS
La historia de Zaqueo está entroncada en la temática del evangelio
de hoy y por eso, para entenderla mejor, debemos comenzar por conocer la importancia que tenía en aquellos tiempos Jericó, la ciudad donde él vivía:
1.- La situación estratégica que
tenía en las rutas de las caravanas que atravesaban el desierto para comerciar
era muy importante para la economía de la ciudad.
2.- Por esa razón había en ella
una oficina para el cobro de impuestos y Zaqueo, el jefe de los publicanos, era el encargado de cobrarlos.
3.- Ese dinero servía para pagar a Roma los impuestos del pueblo y a los publicanos el salario.
4.- Para desempeñar ese oficio, había
que ganar
la subasta pública que convocaban las autoridades romanas, lo conseguía quien pagaba más.
Así es como Zaqueo lo logró.
5.- Pocos publicanos eran honrados
porque, de serlo, entonces tenían que cobrar lo estipulado y así les quedaba
poco beneficio. Por esa razón, Zaqueo aumentó por su cuenta el importe de los recibos;
Roma se lo permitió mirando para otro sitio; él
se enriqueció y contribuyó así a que los pobres fueran cada vez más pobres.
6.- Como actuaban de esta forma y, además, eran unos buenos
colaboradores de los romanos pues por estas dos circunstancias se ganaron el desprecio y el odio del pueblo.
Zaqueo, cuando conoció a Jesús, comprendió esa verdad; se arrepintió del daño que había causado al pueblo; cambió y se convirtió.
Lo que hizo no fue una acción ocasional
que se manifestó como fruto de un calentón. Fue una decisión que no se quedó en
palabras o en remordimientos de conciencia… ¿Por qué debemos
verlo así?
En aquellos tiempos las leyes
religiosas y civiles establecían qué cantidades se tenían que devolver cuando
alguien robaba algo a otras personas. Él, que fue un ladrón de
“Guante blanco”, cuando conoció a Jesús comprendió que había tenido un
comportamiento equivocado y decidió rectificar el mal que había hecho, pero lo
hizo devolviendo mucho más de lo que establecían las leyes
religiosas y civiles.
La conversión de Zaqueo es el ejemplo a seguir y ocurrió como fruto
de un arrepentimiento
verdadero y de
la puesta en marcha de una transformación interior profunda y
práctica.
Jesús, en la conversión que mantuvo con él, nos enseña que es un error creer que debemos acoger al pecador después de su
arrepentimiento. Debemos hacerlo antes, como Él hizo :
[Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
- Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.
Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.].
Pensamos así porque consideramos
que el origen de ese camino está en que Dios actúa perdonándonos después de arrepentirnos
y esta creencia no es verdad. Se demuestra el error de ese planteamiento porque
conocemos que Jesús hizo otra cosa, lo contrario… ¡¡¡Acogió a
Zaqueo antes de que éste cambiara!!!
Sus vecinos lo rechazaban y criticaban, con este comportamiento no lograron que
cambiara pero Jesús sí lo acogió antes y lo logró con un gesto contrario al
comportamiento social de su tiempo. Este gesto le hizo a Zaqueo recuperar la dignidad de “Hijo de Dios”, la que él había extraviado con su trabajo
de ladrón
profesional y amparado
por la
ley de su tiempo… ¡¡¡Ese fue el secreto de su transformación!!!
Zaqueo enseña a los ricos de todos los tiempos el
camino del Reino de Dios, no les pide quedarse sin blanca pero si les
muestra la necesidad de renunciar a continuar teniendo riquezas y no compartirlas
con los necesitados.
No olvidemos que la riqueza desmedida
se logra a costa de la opresión que se ejerce contra los pobres, lo que no quiere
Dios.
El Padre, autor de la vida y conocedor como nadie de
cada uno de nosotros, sí sabe perdonarnos a todos las acciones descarriadas que
protagonizamos porque espera que algún día cambiemos nuestros comportamientos. La
misericordia que muestra con los hombres es fruto del poder tan
grande que tiene y por eso siempre nos
mira con amor, esperanza, sin prisa y sin miedo de
perdernos.
Los hombres, en cambio, como
tienen un
poder temporal pequeño sí temen perder lo
conseguido, por
eso proceden
con injusticia y
sólo consiguen su objetivo ejerciendo la fuerza y la violencia.
REFLEXIONES
FINALES
1.- Zaqueó se subió al sicómoro
para poder ver a Jesús y el esfuerzo realizado para conseguirlo, por su
estatura, fue el primer paso que dio para cambiar.
2.- La riqueza no da la felicidad
pero las buenas obras sí porque Jesús entra en nuestras casas.
3.- No debemos quedarnos, de
manera permanente, en las alturas porque la faena nos espera abajo.
4.- La grandeza de las personas
no está en su estatura física, está en darse a los demás.
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