miércoles, 17 de enero de 2018

SAN ANTÓN

Colaboración de Paco Pérez
Cuando pasan los años la vida nos ofrece las vivencias necesarias que nos permiten comprobar que nada es perdurable porque todo y todos estamos sujetos a fenómenos que actúan de manera inesperada y originan situaciones cambiantes, cuando esto ocurre lo que antes estaba arriba se pone abajo y lo que estaba abajo sube arriba. Los hombres de ciencia, por los fósiles, han demostrado que este planteamiento no es teórico sino real. Hagamos un clic en COMPROBEMOS.
Los restos encontrados en el Everest nos enseñan que en el espacio donde está el punto más elevado del planeta Tierra antes hubo un medio acuático marino… ¿Por qué les planteo este hecho si el tema que nos ocupa es San Antón?

Porque por esta noticia que leí hace años he retrocedido en el tiempo ayudado del recuerdo y he comprobado que los actos religiosos organizados en nuestra “Parroquia” para el día 17 de enero, en honor de San Antón, me han demostrado que en el plano religioso también hay cambios, lo digo porque desde hace ya muchos años la misa era en el templo parroquial y después la procesión salía de él hacia la Ermita. Veamos las huellas de los años 2011 y 2014:

Pasan los años y compruebo que la programación del día 17 para este año ya se hacía antes. Actos programados:
1.- Misa en la Ermita, a las 11 horas.
2.- Bendición de los animales.   
3.- Procesión con inicio por la calle Pablo Iglesias, continuidad por Luna Alta y regreso por 14 de Abril.
Considero que este cambio tiene mucho sentido porque si el santo tiene su sede en nuestra Ermita pues debe salir desde ella en procesión y regresar a su conclusión a ella. En años anteriores se bajaba en medios motorizados hasta la Parroquia y después regresaba en procesión a la Ermita… ¿Tenía mucho sentido esta programación?
Bajo mi punto de vista no pero como “doctores tiene la Iglesia” pues se puede entender que una vez cambiado el recorrido su  repetición durante bastantes años lo convirtió, por tradición popular y en ausencia de la razón y del sentido común, en el cumplimiento religioso de ese día hasta este año. Hoy se ha conseguido, gracias a los planteamientos del nuevo párroco y a la puesta en marcha de la razón, que los actos hayan retornado a las costumbres del pasado… ¡¡¡Bien hecho!!!
Hace unos días escuché a un señor muy mayor decir que en tiempos de D. Felipe Iriarte se hacía como en este año se había proyectado y yo le dije que en mis recuerdos infantiles permanecían las imágenes de ese itinerario pero no recordaba qué cura teníamos entonces, sería el que me dijo.
Este sacerdote era un hombre muy inteligente que tenía la lengua muy suelta para llamar a las cosas por su nombre y tan espontáneo que no tenía inconveniente en jugar al fútbol, lo hizo en más de una ocasión, con la sotana remangada y que le dijeran los niños durante el fragor del juego:
- ¡¡¡Felipe chuta!!!
Este señor me contó que un año la procesión arrancó en la Ermita bien acompañada pero que ocurrió algo inesperado cuando ésta llegó hasta la esquina de LuísEl Ratón” y comenzó la subida por la calle Queipo de Llano, así se llamaba entonces… ¡¡¡Sólo iban acompañando al santo el cura y los cuatro costaleros!!!
Cuando llegaron a la Ermita se encontraron con que la gente estaba dando las tradicionales “vueltas” alrededor del templo y entonces D. Felipe se encaró con ellos gritándoles:
- ¡¡¡Sois unos borregos!!! ¿Qué sentido tiene que estéis dando las vueltas a la Ermita si el santo estaba en procesión y no en ella?
Este cura fue nuestro párroco desde el 4 de octubre de 1953 hasta el 30 de septiembre de 1959 y, aunque hayan pasado desde aquellos hechos casi sesenta años, considero que de nada sirvió que les cantara a los presentes los cuarenta principales y por ello digo que, lamentable, seguimos anclados en las lumbres y en las vueltas a la Ermita, es decir, en la “tradición popular”.
La diferencia del cumplimiento de ahora con el de antes está en que entonces las vueltas se daban con los animales y los carros y ahora con los coches y los tractores.
No ha cambiado nada:
1.- Dar este día las TRES VUELTAS a la Ermita:
2.- Que el sacerdote dirija al pueblo concentrado unas palabras después de la procesión glosando la figura del santo:

3.- Bendecir los animales. Este año ha tenido la particularidad de que en este acto se ha repuesto también la figura del lechoncillo de “San Antón” en el momento de la bendición pero no se soltará como se hacía antes para que fuera cebado con lo que le echaba el pueblo. Ahora se ha organizado con él una rifa destinada a recaudar fondos para cubrir algunas necesidades urgentes de la parroquia:
4.- Encender las lumbres la noche del día 16 y pasar gran parte de ella de marcha en sus inmediaciones:

5.- Que al día siguiente, muy de mañana, todavía quede algún juerguista calentándose y comiendo:
4.- Que a las 13:30 horas del día 17 algunos sigan de juerga todavía, es el caso de la Peña AnimalistaLos GALGUEROS”:

Que durante muchos años podamos seguir diciendo muy fuerte… 
¡¡¡Viva San Antón con su lechón!!!


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