miércoles, 16 de marzo de 2022

ESPAÑA… ¿DESPIERTA O CLAUDICA?

 Colaboración de Paco Pérez

NADA OCURRE POR CASUALIDAD

Algunos, al sembrar, esparcen buenas semillas y al  recolectar recogen buenos frutos pero también los hay que compran semillas de clase inferior y luego obtienen cosechas de categoría mediana o baja. Esta realidad agrícola puede ser aplicada en cualquier otra actividad y, para no tener que viajar muy lejos, en España podríamos aplicarla en la política.

Si los votantes partiéramos de esa evidencia entonces deberíamos estar de acuerdo en que estamos rolando pendiente abajo y por ello no nos queda más opción válida que intentar buscar una solución razonada al declive que ha tomado la gestión de nuestra Patria y hacerlo unidos por el único camino que nos queda… ¡Olvidarnos de las ideologías a la hora de emitir el VOTO y hacerlo sin ataduras para salvar a España!

¿Lograríamos el objetivo actuando así?

No lo puedo afirmar pero estoy seguro que lo mejor es concentrarlo en alguien que realmente nos ofrezca gestionar para el bien de todos, que lo haga con propuestas que sean realizables y después, cuando se siente en el sillón, que no nos presente castillos utópicos sino realidades. Hacerlo así sería para que esa persona obtuviera una MAYORÍA ABSOLUTA y no tuviera que hacer pactos con quienes sólo piensan en ellos para vivir del cuento chino de la política de panfleto, es decir, la que sobrevive con “bulos” para confundir al votante inculto y sectario, llegar al sillón y después seguir haciendo lo contrario de lo que prometió en campaña.

Antes de ir a las urnas el VOTANTE deberá informarse bien si quiere encontrar un LÍDER que le ofrezca un proyecto real; que sea culto y tenga experiencia profesional o de gestión; que le genere confianza; que esté avalado por profesionales responsables que amen de verdad a España y conozcan su valía como persona; que en su trayectoria profesional ofrezca luces y esté vacía de sombras; que en su currículum figuren logros académicos brillantes, verídicos y no falsos o plagiados; que tenga una fuerte personalidad que le ayude a transmitir confianza al electorado y, sobre todo, que se comprometa a restaurar el orden lógico que hemos disfrutado durante la Transición Democrática y que ahora está perdido.

¿Qué debemos pedir a ese LÍDER para que acabe con el modelo ruinoso que nos han impuesto?

La elaboración de presupuestos que no estanquen la economía nacional y sí nos permitan cuadrar las enfermizas cuentas del Estado. Como es lógico, contemplando en ellos ajustes que no ahoguen a los débiles y sí ayuden a seguir marchando de forma que los INGRESOS superen a los GASTOS y no al revés, como viene siendo la norma habitual ahora. Así se podría intentar disminuir la DEUDA PÚBLICA y, de paso, que no aumentara más el DÉFICIT.

Un ejemplo digno de respeto nacional es la gestión que se está haciendo en Madrid y Andalucía, este reconocimiento no es hacer campaña a favor de ellos sino ponerlos como ejemplos de mejora real pues están aplicando bajadas de impuestos, no hay fraude, gestionan con honradez y por eso son creíbles.

Quienes aspiren a ser buenos LÍDERES, es mi opinión, deberían arreglar lo que nos han estropeado los actuales, no preocuparse de descalificar sino sólo de gobernar y evitar así lo que hacen los actuales con frecuencia, viajar a ese pasado dictatorial reciente cargado de sombras en todas las formaciones pero ellos sólo se acuerdan de airear los del “franquismo”, les sugiero que lean la historia y así comprobarán que no dicen la verdad. Algunos de estos señores, cuando nadie los conocía, calificaban de casta a otros políticos por haber cometido el delito de militar en  otros partidos con cuotas de poder. Un tiempo después ellos también probaron el guiso, les gustó tanto que un tiempo después salieron corriendo para visitar las inmobiliarias, comprarse grandes viviendas como los ricos y después, una vez instalados en ellas, ordenaron poner en la puerta del inmueble vigilancia pero no lo hicieron con empresas de seguridad privada sino con funcionarios de los Cuerpos de Seguridad del Estado, esos a quienes ellos aman tanto, pero les salía más baratos y evitaban que les hicieran “escraches, éstos indeseables son los mismos que inventaron esa moda cruel que tanto daño ha hecho a ciertas personas.

También opino que es muy necesario retocar la Ley Electoral para lograr que el VOTO valga igual en todo el territorio nacional y que los partidos que aspiren a sentarse en el Congreso y el Senado presenten candidaturas en toda España y que se rijan por las mismas reglas que los grandes. Después de una primera vuelta, aquellos que no superaran el listón no podrían participar en la segunda vuelta pero sí concentrar su voto desilusionado en el partido que ellos decidieran. Así no tendríamos la sangría económica que nos ocasionan ahora las periferias y que el montón de mastines rabiosos que tienen adiestrados se muerdan entre sí en sus respectivas autonomías y evitaríamos el chantaje que ahora practican con los apoyos. Me encantaría, aunque algunos vendedores de molinos de viento digan que no sería democrático, que en una segunda vuelta quedaran reducidos los candidatos a dos para que el ganador gobernara en solitario y sin chantajes. Con esta opción las urnas dirían quienes nos gobernarían durante cuatro años y evitaríamos que las minorías chantajistas siguieran viviendo del cuento mientras arruinan a España.

Como “nada ocurre por casualidad” pues las fuerzas de la naturaleza actuarán solas, así se cumplirá que “no hay mal ni bien que cien años dure” y entonces es posible que las urnas nos traigan el orden cuando ya no tenga España remedio. Si deseamos, de verdad, que esto no ocurra deberemos pensar que ya tenemos bastantes cosechas perdidas por culpa de las malas semillas que están sembrando estos mediocres e inmaduros políticos en nuestra sociedad.

Tenemos un Presidente que subió al “sillón” con un programa que ya sugería lo que nos esperaba… ¡No es no!

Con estas mimbres sólo podía hacer este señor malos cestos con los que PAGAR las nuevas exigencias de quienes le apoyan pero, como van y vienen con demasiada frecuencia, pues se rompen pronto, el dinero se gasta con alegría y entonces lo justifican diciendo que “el dinero público no es de nadie”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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