miércoles, 19 de marzo de 2025

FE Y PRÓJIMO

 Colaboración de Paco Pérez

EL CAMINO DE LA SALVACIÓN

Los israelitas vivieron en Egipto esclavizados y Moisés, con una posición social relevante, los defendió y tuvo que huir.

Un tiempo después Dios valoró su comportamiento, y lo escogió para sacar a los israelitas de Egipto, le comunicó quién era y le expuso sus planes. Moisés dudó pero, como tenía fe, aceptó.

Su gesto nos enseña el camino de la salvación, escuchar la llamada del Señor y trabajar por el prójimo.

Lucas muestra una realidad que sucedió, sucede y sucederá: Países que invaden, por egoísmo, otros territorios causándoles dolor, destrucción y muerte. Roma ocupó Israel y oprimió al pueblo, moral y económicamente. Aquella injusticia no debe sorprendernos porque Jesús, que sólo hizo el bien, también padeció las consecuencias del proceder que aún opera cuando los invasores, empujados por el mismo combustible, siguen cometiendo las mismas atrocidades empleando medios diferentes.

Roma los agobiaba con violencia e impuestos, el pueblo protestaba porque no podían comer y el invasor les respondió con una masacre histórica en el Templo, el centro neurálgico de sus creencias. Esta realidad y el desplome de una torre fueron interpretados por los judíos erróneamente: Dios castigó a quienes murieron. Hoy… ¿También son castigados los ucranianos, judíos y palestinos muertos? ¿También castiga las muertes, secuestros, violaciones y miseria que causan los otros conflictos mundiales de los que no informan los medios?

Jesús negó la interpretación y afirmó que para Dios esas personas eran igual de malas o buenas que quienes no habían muerto. Hizo esa reflexión para desmontarles las supersticiones que tenían y advertirles que si no cambiaban tendrían difícil la salvación.

Con la parábola de la higuera propuso estar vigilantes, valorar qué frutos damos, ser pacientes y concedernos un margen de confianza para mejorar lo anterior pero, si no lo hacemos, es posible que no tengamos otra oportunidad porque la vida es corta.

Pablo nos enseña a protestar por la desigualdad porque es justo hacerlo pero no lo es si todos recibimos igual. Como ejemplo, les recordó que cuando abandonaron Egipto todos recibieron la misma comida y bebida, material y espiritual, pero algunos se quejaron y el Señor los castigó.

Así les enseñó que lo ocurrido entonces puede repetirse en cualquier lugar y época.

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