jueves, 18 de diciembre de 2025

ADVIENTO IV-A

                                          Colaboración de Paco Pérez

TIEMPO DE ESPERA, PAZ, TOLERANCIA Y FE

TEXTOS, para meditarlos:

1ª LECTURA: ISAÍAS 7, 10-14             

        En aquellos días, el Señor habló a Acaz:

 - «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»

        Respondió Acaz:

 - «No la pido, no quiero tentar al Señor.»

        Entonces dijo Dios:

 - «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:

        Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»

SALMO RESPONSORIAL: 23

R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.

        Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R.

        ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. R.

        Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R

2ª LECTURA: ROMANOS 1. 1-7 

         Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor.

        Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús.

        A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

EVANGELIO: MATEO 1, 18-24

        El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: La madre de Jesús estaba desposada con José, y antes de vivir juntos resultó que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo.

        Su esposo, José, que era hombre justo y no quería denunciarla decidió repudiarla en secreto.

        Pero apenas había tomado esta resolución se le apareció en sueños un ángel del Señor, que le dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.

        Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

        Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta:

- Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel (que significa "Dios con nosotros).

        Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

REFLEXIÓN:

Israel lo componían dos reinos y sus reyes estaban enfrentados, uno de ellos era Acaz. El profeta le propuso tener fe y confianza en Dios pero lo rechazó porque consideró que aceptar era ceder a la tentación de poner a prueba su grandeza.

Dios le anunció, a pesar de su negativa y como prueba, el nacimiento de Emmanuel para que retornara al buen camino.

Es evidente que la esencia de nuestro caminar cristiano está en la fe y hoy lo comprobamos en las respuestas del dubitativo Acaz, el justo José y el convertido Pablo.

Todos pasaron por momentos de duda pero cuando los tocó la fe, quienes se abrazaron a ella, dieron un giro radical a su comportamiento y fueron un buen ejemplo para las generaciones futuras.

Cuando Pablo, un hombre justo, vio la verdadera luz que guiaba a las personas hacia Dios se apartó de la vida equivocada que llevaba, cambió y trabajó para mostrarnos cuál es la verdadera razón de nuestra existencia: Tener fe y predicar el evangelio, hasta desfallecer, a quienes no lo conocen… ¿Lo hacemos?

Muy pocos pero algunos de lo que sí se preocupan es de criticar a quienes hacen algo, por ejemplo, a los Testigos de Jehová. Lo hacen porque predican la palabra de Dios de manera personalizada visitando nuestras casas... ¿No hacerlo es mejor?

José era un hombre piadoso que fue probado con el acontecimiento de María, pasó por momentos de vacilación y tomó una determinación acorde con la cultura de su entorno pero, cuando lo informó el ángel de lo ocurrido, la fe le hizo comprender, ya no tuvo dudas y aceptó. Él nos enseñó lo importante que es amar y confiar en los demás, sobre todo, en Dios; el valor de la familia y la fe para vivir a diario la religiosidad y abrazar el ejemplo que nos dieron como padres.

Por desgracia, esta universidad religiosa familiar cerró sus puertas hace años pues, lamentablemente, quienes tenemos que dar ejemplo manteniendo vivo ese espíritu no lo hacemos según el Evangelio… ¿Por qué?

Porque, tal vez, estemos haciendo como Acaz, buscamos las soluciones en los poderes terrenales y no escuchamos el consejo de Isaías… ¡Tener fe en Dios!

Sin ella es imposible retomar el ejemplo de la “Sagrada Familia” para encontrar soluciones: Profunda religiosidad, honradez y justicia permanentes, participación en la problemática de nuestra comunidad… Así, poco a poco, retornaremos al camino de la verdad y levantaremos una sociedad digna, solidaria y menos egoísta.

Que el nacimiento de Jesús nos aumente la fe.

¡Felices Fiestas!

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