jueves, 24 de abril de 2014

EMBAJADORA DE VILLARGORDO

Colaboración de Juan A. Martos Moreno

Acompaño a la banda de la Agrupación Musical “Maestro Miguel” por aquellos pueblos y ciudades de nuestra geografía nacional en los que conocen la calidad de sus componentes y por ello se les invita, año tras año, para que interpreten las piezas musicales de su amplio repertorio en los actos culturales o religiosos que allí se celebran.



No hablo como padre de una muchacha que forma parte de ella y sí como una persona objetiva que aprecia lo que presencia y escucha. Cuando presencio sus interpretaciones estoy entre el público y allí nadie conoce mi condición de padre, esta circunstancia me hace oír comentarios favorables hacia ella y estos nacen de la calidad de la música que interpretan. Yo, como humano, también tengo la facultad de poder escuchar lo que ocurre en mi entorno, sus actuaciones se dan ahí o en otros lugares y, aunque no soy un experto musical, considero que sé apreciar y diferenciar cuando se interpreta buena música y cuando se hace ruido. En el primer caso ésta se percibe de manera placentera  y en el segundo de los casos propuestos terminas aburrido y no repitiendo.
La banda acompaña en Jaén a Nuestro Padre Jesús Nazareno “El Abuelo”, desde hace cuatro años y con el éxito que siempre cosecha, en la  madrugada de Viernes Santo.






No es una procesión cualquiera pues se trata de una de las mejores estaciones de penitencia de Andalucía y, por supuesto, la mejor de toda la provincia de Jaén.





Esta banda es la mejor embajadora que tiene nuestro pueblo, en los lugares que ya son habituales sus actuaciones: Alcalá de Henares, Chinchilla, Ciudad Real, Córdoba, Granada, Cádiz, Valdepeñas de Jaén, Torres, Pegalajar, La Guardia y en otros muchos sitios de la provincia y fuera de la provincia.
Qué jugador de fútbol no sueña con jugar en el Real Madrid o en el Barcelona, pues qué banda de música no sueña con tocarle al ABUELO en JAÉN, ésta ya lo ha convertido en una realidad.
Esperaba el paso de la procesión para tomar a nuestros músicos y al ABUELO unas fotos, todo el mundo hablaba y entonces escuché una conversación de unos mayores que estaban próximos a mí. Una señora les comentaba que había escuchado de su abuela la historia que circulaba por Jaén sobre el origen de la talla de la imagen, hechos que se remontan al siglo XVI. Me alegró mucho escucharla porque yo también la había oído de la mía en las conversaciones de la familia alrededor de la mesa camilla.
Parece ser que un señor muy mayor llegó al atardecer a una cortijada cansado y extenuado, pidió ayuda y aquella familia lo atendió pasándolo hasta la cocina y dándole de comer. Estaba sentado sobre un banco que habían construido con un trono de olivo muy grande y, mientras cenaban, él les dijo:
- ¡Qué Nazareno más hermoso salía de este tronco!
Cuando acabaron la cena el abuelo propuso a la familia que le dieran el tronco y él les haría la imagen con él para regalársela. La familia accedió a su petición y él se la llevó al pajar donde sería su dormitorio mientras estuviera con ellos. Antes de separarse les dijo que no abandonaría el pajar hasta que no hubiera acabado la talla y que por lo tanto no se preocuparan por él si no salía.
Se pasaron dos días y el anciano no dio señales de vida, la familia comenzó a preocuparse y al tercer día no aguantaron más y entraron en el pajar. Al hacerlo se llevaron la sorpresa de que no estaba el abuelo y sí la imagen que les había prometido tallar. También encontraron una nota que decía:
- A través de esta imagen debéis de amar a Jesús y, si lo hacéis, tened la certeza de que él nunca os abandonará.
Por los alrededores se cundió la noticia y acudían las gentes con gran devoción para ver la imagen del Nazareno.
Cuando supieron la historia de la imagen la gentes ya no le llamaban Nazareno, lo nombraban como “El Abuelo”. Lo llamaron así en recuerdo del abuelo que hizo la talla.
Cuando murió el matrimonio la imagen pasó a tener otra ubicación, el convento de las Carmelitas Descalzas.

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