sábado, 27 de septiembre de 2014

ESCUCHAR, ARREPENTIRSE Y ENDEREZAR EL RUMBO TIENE PREMIO


Colaboración de Paco Pérez
TEXTOS
EZEQUIEL 18, 25-28
Así dice el Señor:
- Comentáis: No es justo el proceder del Señor.
Escuchad, casa de Israel:

- ¿Es injusto mi proceder?, ¿O no es vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.

FILIPENSES 2, 1-11
Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. 
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. 
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

MATEO 21,28-32
21,28-31a
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
- ¿Qué os parece?
Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.
Él le contestó: No quiero. Pero después recapacitó y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: Voy, señor. Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?
Contestaron: El primero.
31b-32    
Jesús les dijo:
- Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aún después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis.
REFLEXIÓN
Ezequiel resuelve el eterno planteamiento que el hombre siempre lanza al viento cuando se encuentra desesperado por los acontecimientos que la vida le depara: Culpa a Dios de sus males. El hombre reacciona así porque se muestra poco reflexivo con los hechos acaecidos a él o a sus seres queridos. Hay que tener en cuenta que entonces se decía que los hijos pagaban los errores de los padres. El profeta se subleva contra esta forma de pensar y les afirma que nadie carga con los errores ajenos.
Es más fácil culpar a otros, normalmente lo hacemos con Dios, de ser la causa y origen de nuestros problemas pero no miramos en nuestro interior para que, después de que hagamos un acto de introspección sincero y profundo, podamos descubrir que nuestro proceder ante los hechos es quien nos salva o nos condena.
Esta es la esencia de su mensaje y ahora nos hace falta aceptar que no miente y que el camino que debemos seguir lo desarrolla perfectamente en este texto.
Uno de los más graves problemas que acosan a la sociedad de siempre, ahora con más fuerza, es el individualismo del ser. San Pablo nos recuerda hoy que los cristianos debemos de abandonar esa posición para que, guiados por el mismo amor y sentir, el Espíritu Santo nos haga permanecer unidos. Para ello deberemos renunciar a las actuaciones que son impulsadas por sentimientos de rivalidad y de ostentación, para conseguirlo nos mostraremos humildes ante los demás.
Evitaremos que los intereses personales guíen nuestros actos porque nos destruiríamos como cristianos al no procurar el bien de los demás.
Jesús se mostró humilde, siendo el más grande, y murió en la cruz como si hubiera cometido el más grande de los delitos. El Padre supo valorar esa forma de proceder y lo colocó donde se merecía.
Si queremos avanzar en nuestra condición de cristianos deberemos hacer cada día cosas que nos lleven por el buen camino y Jesús será el faro que guiará nuestro actuar recto y justo, mostrándonos con las cualidades que Él usaba: El desprendimiento, el altruismo y la humildad. Estos valores que Él tanto practicó no florecían en los jardines de la sociedad pudiente de su tiempo y tampoco en la de nuestros días… ¿Hemos progresado o seguimos estancados en los tiempos de los romanos?
Mateo nos dice que lo importante es comprender el mensaje de Dios, amarlo profundamente, introducirlo en nuestro interior como combustible impulsor de nuestra actuación y ponerla en marcha de manera sincera y eficaz ya.
Nos analiza qué respuesta es la mala y cuál es la mejor, engañar para salir del paso y después hacer lo que no prometemos es grave porque no se ajusta a la verdad. Decir al momento lo que uno piensa hacer después, aunque no sea la respuesta esperada, puede sentar mal a quien nos dio el encargo pero más adelante nos valorarán mucho la sinceridad mostrada.
Queda claro para él que lo que más valora Dios es el arrepentimiento y la aceptación del camino que se nos muestra. Juan el Bautista lo mostró a las gentes de su tiempo y los más repudiados por la sociedad fueron los que primero comprendieron y practicaron su mensaje… ¿Se comprende ahora mejor por qué Jesús se mezclaba con ellos y los doctos lo criticaban por actuar así?

Mientras Jesús predicaba por las aldeas su mensaje calaba hondo pues el ejemplo de vida que transmitía al mezclarse con los humildes y hacerse uno de ellos era una medicina sanadora. Cuando tuvo que actuar en el centro político y religioso de su pueblo le aparecieron los peligros porque su mensaje removía las conciencias de los doctores de la “Ley judía”, era contraria a sus acomodadas formas de vida y el poder político, como siempre recela de quienes levantan la voz porque teme que alcance notoriedad y el pueblo le siga, pues actuó contra Él para que en caso de que ocurriera esta posibilidad él no perdiera el cómodo sillón que sostenía sus posaderas. Ambos poderes se confabularon por intereses personales y egoístas para conseguir así que todo continuara igual, lo mataron porque ellos no estaban dispuestos a dejar de ser los primeros, a perder sus privilegios, a ser justos con los débiles por amor a ellos, a servirlos en sus necesidades… Su muerte injusta era necesaria para que sus verdugos no perdieran sus privilegios pero, sin saberlo ellos ni buscarlo, sí propiciaron que se convirtiera en luz para los hombres de buena voluntad. Así, quienes estuvieron con Él todos los días durante tres años comprendieron, demasiado tarde pero con fruto, que habían estado ciegos durante el tiempo que lo acompañaron, desde entonces ya no tuvieron miedo y no dieron la espalda a la misión evangelizadora que les encomendó.

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