viernes, 26 de septiembre de 2014

LA LUNA

Colaboración de Paco Pérez
Capítulo II
Los hechos que nos ocurren a diario en nuestro entorno y el espectáculo que nos puede ofrecer la Luna guardan una cierta similitud… ¿Es una afirmación descabellada? Veamos por qué opino así.
Supongamos que un matrimonio mayor viaja en compañía de su nieto de diez años en un pollino, se cruzan con un grupo de jornaleros que van a su trabajo por el camino andando, se saludan, ambos grupos se distancian y entonces un jornalero dice a sus colegas:
- No tienen conciencia, tres personas subidas en un pobre burro.

Más adelante se baja el nieto y camina junto a ellos. Pasan por una venta y la señora le dice al esposo:
- ¿Has visto? Esos viejos no tienen conciencia, hacen caminar al niño y ellos subidos.
Un poco más adelante se baja el anciano y se sube el niño. Pasan por las afueras de un poblado y se cruzan con dos mujeres que transportan sobre sus caderas unos cántaros llenos de agua. Cuando ven la escena comenta la más anciana:
- El niño es un abusón, consiente que su anciano abuelo camine mientras él va subido, cuando tenía que ser lo contrario.
No había pasado mucho cuando encontraron una fuente y pararon para que abrevara el animal, beber un poco agua ellos, refrescarse, tomar unos alimentos y descansar unos minutos.
Cuando reanudaron la marcha la abuela cedió su puesto en la montura al abuelo y ella caminó junto al jumento. Se cruzan con unos braceros que regresaban al pueblo y éstos, una vez que se habían alejado los viajeros, comentan:
- ¡Menudo par de machistas, ellos subidos y la vieja a pie! ¡La enseñanza que está recibiendo el muchacho no puede ser peor!
Cuando llevaban un rato caminando así acordaron darle al burro un descanso y caminaron los tres junto a él. Se cruzaron con otras dos personas y al verlos caminar a los tres junto al animal se sorprendieron mucho y uno de ellos dijo a su compañero:
- ¡Hay que ser idiotas para caminar todos y no subirse en el animal ninguno!
Cada escena que hemos retratado está justificada porque ocurre en un contexto cargado de sensatez y coherencia por parte de los viajeros pero cuando se cruzan con las otras personas éstas sólo comentan la escena que se representa ante ellos en ese momento, la que ellos ven y utilizan para emitir su juicio, pero la verdad es que no sopesan la posibilidad de que se dieran otras razones bien distintas a las que ellos esgrimen para dictar sentencia.
Tres personas y un animal nos han ofrecido la posibilidad de contemplar cinco combinaciones diferentes, las que han propiciado otras tantas escenas plásticas y opiniones para todos los gustos, las que fueron originadas por los enfoques que cada grupo le dio.
Pues igual ocurre con la Luna, el elemento que aparece en la escena es el mismo, ella, pero la visión que se tiene cambia en función del lugar donde se encuentra la persona que la observa y la graba, en este caso Paco Pérez.
Las he tomado en cuatro lugares diferentes y con elementos ambientales distintos, lo que ha propiciado que las escenas sean totalmente diferentes.
Ahora os invito a reflexionar sobre el mensaje que se nos ha regalado con los viajeros y a comprobar con las fotos la misma realidad pero en la manifestación plástica de las fotos que tomé.
Supongamos que estamos en medio del campo y la noche está muy oscura, aparece la Luna y notros nos limitamos a mirar al cielo… ¿Qué visión tendríamos si no hemos tomado puntos referenciales?
El pasado mes de junio me encontraba en Nerja y desde la terraza de casa tomé estas escenas… ¿Qué cambió para que apareciera algo distinto? Luces, agua, arena, casas…



En julio hicimos una visita a las Cuevas de Nerja y Maro (una pedanía de Nerja), en este pueblo teníamos como elementos distintos los acantilados, el agua, las sombrillas del restaurante donde cenamos y algunos vegetales.



En agosto nos trasladamos a Roquetas de Mar y aquí, además de las cosas ya comentadas, encontramos barcos pescando, el puerto y otros anclados en él para faenar al día siguiente.




En septiembre regresamos a Villargordo y me instalé en las eras del paraje conocido como Dehesa Boyar. Esperé pacientemente su puesta en escena. De regreso tomé otras en un lugar diferente y desde la calle Granadillos, conocida popularmente como calle La Parra.
Creo que está muy claro el cambio que toman las fotos en nuestro pueblo, también tiene su encanto la Luna pero, para mí, los otros elementos le mejoran a las escenas su belleza.






Mañana os ofreceré más escena de los distintos lugares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario