sábado, 2 de mayo de 2015

LA VID EN LA BIBLIA

Colaboración de Paco Pérez
En todos los pueblos hay un paisaje que está adornado por unos elementos característicos que lo hacen singular, la vegetación propia es uno de ellos, en Villargordo el olivar y en Palestina el olivo, la higuera y la vid.
Los relatos bíblicos nos muestran la enseñanza de Jesús, el uso que hacía de los bienes de la tierra mientras les hablaba, hoy es la vid, y la utilizó para que el pueblo comprendiera el significado de sus palabras.
Oseas describió a Israel como una “viña floreciente, que produce frutos en abundancia”.

Pablo, fruto bueno de la viña, fue llamado a la evangelización de manera extraordinaria, comprendió la grandeza del mensaje de Jesús y entonces, la misma fuerza que ponía persiguiendo a los cristianos, la aplicó después predicando el Reino.
En este caso la viña dio buenos frutos porque Pablo creyó de verdad y no todos tenemos la suerte que tuvo él, ser escogido.
¿Nos aplicamos nosotros en nuestras responsabilidades como lo hacía él?
Juan nos alecciona magistralmente cuando habla de cómo tenemos que actuar al entrar en contacto con la sociedad, lo haremos con VERDAD y buenas OBRAS. Si actuamos guiados por estos dos principios ellos serán quienes tranquilicen nuestra conciencia. Si no lo hacemos así entonces será Dios, que nos conoce como nadie, quien se encargará de ponernos en nuestro sitio.
Por desgracia, la sociedad se desenvuelve en un terreno fangoso y las personas suelen tener un comportamiento sustentado en mucha palabrería y apariencias, con este bagaje las conciencias quedan saciadas y justificadas… ¿Ante quién?
Si quienes nos rodean, personas como nosotros, saben perfectamente que somos sepulcros blanqueados… ¿Vamos a engañar a Dios?
Creo que no y por ello lo mejor será que cambiemos el paso o seremos sarmientos inútiles que, en su momento, serán cortados y quemados.
Jesús dio la cara por la VERDAD, el episodio  del Templo fue un ejemplo, pero no iba contra quienes allí hacían negocio solamente sino contra todo el sistema (sacerdotes, doctores, poder político…) que era corrupto, igual que ocurre en nuestros días con quienes ocupan parcelas de poder o de responsabilidad.
Pasan los años pero las formas de pensar y de actuar del hombre siguen siendo las mismas de entonces: apariencias, negocio y enriquecimiento.

Estas actuaciones son contrarias a la VERDAD, la JUSTICIA y al “AMOR AL PRÓJIMO”. 



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