viernes, 11 de noviembre de 2016

LOS APODOS

Colaboración de Paco Pérez
LOS “BERENJENAS” Y LOS “PUMPUSES”
Mari Carmen Ramos Torres es una señora cuya familia tiene sus orígenes en Torreblascopedro (Jaén), se casó con un señor cuyas  raíces familiares son villargordeñas. Se conocieron fuera y un tiempo después decidieron casarse, comieron perdices en Campillo del Río (Jaén) durante unos años y recalaron finalmente en nuestro pueblo, donde ya llevan viviendo algunos años en la calle Marqués de Mondéjar.

Esta señora es sumamente comunicativa con todas las personas y, cuando entra por la puerta de la FruteríaEl Jaenero”, la tranquilidad del establecimiento se altera un poco, por no decir mucho, con sus cosas. Desde ese momento las risas están garantizadas hasta que le sirven lo que necesita y se marcha, sus ocurrencias son geniales y únicas.
A todos los presentes nos hace mucha gracia todo lo que dice, yo soy un fans de sus dichos, y también de sus formas de hablar y reírse. Ese conjunto de acciones la hace inconfundible cuando se acerca por la calle o desde lejos. Lo que más me encanta de ella es escucharle su ya famosa forma de llamar a Juan para pedirle o decirle algo:
- Jenero… ¿Tienes chorizo de Campillo?
Me encanta escucharle pronunciar “Jenero”.
Esta mañana estaba con Mari comprando y entró por la puerta según tiene por norma y ya empezó la función. Estábamos en el tema de los apodos y se me ocurrió pregunté:
- Mari Carmen… ¿Cuál es el apodo que tiene tu familia en vuestro pueblo?
– No tenemos uno, tenemos dos – me respondió.
- ¿Sabes el origen de ellos?
– Pues claro. Te los voy a explicar los dos muy bien.
Por parte de mi MADRE, el apodo que tenemos es “Los Berenjenas”. Se lo pusieron a su padre y él se lo buscó solico. Ella me contó que le encantaban las berenjenas y que cuando iba con los amigos al bar para tomarse unas cervezas o unos vasos de vino pues cuando le preguntaba el camarero por la tapa que quería que le pusiera él siempre le respondía igual… ¡¡¡Si tienes, me pones unas berenjenas en vinagre o fritas, me da igual!!!
Así, un día y el otro también, pues dio lugar a que uno de sus amigos preguntara por él el primer día que no acudió a la reunión:
- ¿Qué le pasa al “Berenjena” para no venir hoy?
Desde aquel día, él y todos sus descendientes, somos conocidos como “Los Berenjenas” y nos sentimos muy orgullosos de que nos llamen así.
He dicho nos sentimos porque tuvo 12 hijos y todos han tenido también 7 o más descendientes.
Por parte de PADRE, el apodo que nos colocaron fue el de “Los Pumpunses”. También se lo pusieron a suyo porque el pobre tenía dificultades para hablar, debido a que era tartajoso, y se atrancaba al soltar las palabras.
Un día estaba hablando con un amigo, se puso muy nervioso por la conversación y comenzó a tartajear de manera muy repetida así:
- ¡¡¡Pun, pun, pun, pun…!!!
Entonces, su amigo, en vez de tener paciencia le dijo:
- Manuel… ¡¡¡Vas a clavar las puntas antes de comprarlas!!!
Esa conversación fue la que dio lugar a que ya fuéramos conocidos como los “Los Pumpunses”.

Unos de mis tíos se marchó a vivir a otro lugar y, después de muchos años, uno de sus hijos nos ha llamado para decirnos que va a venir al pueblo porque quiere conocer a los “Los Pumpunses” de aquí.

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