sábado, 14 de julio de 2018

LA EVANGELIZACIÓN


Colaboración de Paco Pérez
¿LO QUE HACEMOS ES CORRECTO O DEBEMOS CAMBIAR?
Desde el comienzo de los tiempos Dios diseñó un plan para la humanidad y lo fue ejecutando paso a paso.
Como los hombres siempre manifestaron su inclinación a tener un comportamiento incorrecto Él los fue atendiendo con formatos diferentes. Uno de ellos fue el de los profetas y de ahí que interviniera Amos para reconducir las actuaciones incorrectas de quienes administraban los destinos de Israel. Cuando cumplió el encargo recibido del Señor después fue recriminado por Amasías y le pidió que no profetizara en la “Casa de Dios” y que se marchara a Judá.

Amos se mostró humilde, no aceptó que le llamara profeta, proclamó que él trabajaba de pastor y cultivador de higos y le informó que él se limitó a cumplir el encargo que le había dado el Señor: [Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.].
Quienes desempeñaban la labor sacerdotal consideraron que eran ellos los que debían intervenir y no él. Pero… ¿Cuál fue la verdadera razón que tuvo Amasías para ir contra Amos?
La economía de Israel era buena, la minoría que manejaba los hilos del poder despilfarraba y la mayoría de la población, los pobres, cada vez vivían más míseramente. Por esta situación injusta el Señor lo envió para que les recordara su actuación improcedente. Lo era porque para que esta situación no fuera contestada por el pueblo se necesitaba que la clase sacerdotal no les abriera los ojos denunciando públicamente la práctica de esa realidad. Como no cumplían con su obligación sacerdotal pues la verdad que el Señor les comunicó por medio de Amos no fue bien recibida.
Estas situaciones siguen ocurriendo en nuestros días pero con otro formato y pasan porque todavía no hemos comprendido que los hombres fuimos elegidos por Dios, antes de crear el mundo, para que fuéramos bendecidos en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor. Según lo recibido… ¿Cumplimos con el deber de ser justos o somos débiles y caemos?
Todas estas cosas las tenía preparadas para nosotros porque en el futuro íbamos a ser sus hijos.
Con el paso de los años Jesús murió por los hombres, derramó su  sangre y por ella recibimos la redención y el perdón de los pecados. Finalmente resucitó, ascendió al Cielo y nos regaló el Espíritu Santo.
Éste fue el plan que proyectó Dios para que Cristo lo pusiera en marcha cuando llegara el momento.
Jesús, antes de dejarnos, encargó a los apóstoles la misión de ir por parejas a evangelizar otros lugares predicándoles su mensaje y, para que lo hicieran bien, les regaló poderes extraordinarios que les permitirían realizaran acciones únicas.
Para cumplir su encargo les aconsejó que viajaran sin equipaje, que al llegar a un lugar entraran y, si eran acogidos en una casa, se quedaran en ella hasta que se marcharan. También les dijo que si no eran escuchados ni bien recibidos su respuesta debía ser respetar la libertad de los lugareños, marcharse y sacudirse el polvo de los pies al salir del lugar visitado.
Cuando evangelizaban les predicaban lo que habían aprendido, les pedían que se arrepintieran de sus errores, liberaban a las personas endemoniadas y ungiendo con aceite a los enfermos los curaban.
Al principio así evangelizaban para divulgar la PALABRA.
Con el paso de los años… ¿Damos por hecho que no hay necesidad de evangelizar porque en nuestro entorno todos conocemos el mensaje de Jesús? ¿O pensamos que se debe modificar lo que hacemos porque nuestro comportamiento nos indica que estamos muy alejados del mensaje?


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