sábado, 15 de junio de 2024

LAS PARÁBOLAS

 Colaboración de Paco Pérez

EL MÉTODO DE JESÚS PARA MOSTRARNOS EL REINO

Jesús predicaba con parábolas, un modelo particular de la cultura que tenían, pues facilitaba la comprensión de sus mensajes. En ellas incluía temas del entorno agrícola y algo misterioso que no se mostraba con claridad pues así

despertaba en ellos el interés por conocerlo y que descubrieran a quien estaba detrás, el Padre.

Les habló de la siembra de las semillas, de los procesos ocultos e invisibles que ocurren en ellas de manera natural y como nace la planta, se desarrolla y da frutos sin que intervengan las personas. Así les enseñó que preocuparnos por lo desconocido es inútil pues no podemos cambiar el curso de los acontecimientos porque no podemos modificarlos.

También estableció una comparativa entre la semilla que se deposita en la tierra y la palabra evangelizadora que va destinada a las personas… ¿Seguimos el mismo camino?

No, porque las prisas impiden esperar el tiempo que necesitan las personas para que se desarrolle en ellas la espiritualidad y que dé buenos frutos.

Ocurre cuando no recorremos el camino que nos enseñó Jesús en sus ejemplos, insistir y no desfallecer. Eso hace que nos desilusionamos pronto pues deseamos obtener buenos resultados de inmediato y olvidamos que si el pan tiene su tiempo de cocción la evangelización también.

Como las prisas suelen ser el motor impulsor de la evangelización pues la espiritualidad no arraiga bien y los frutos no son los adecuados… ¿Puede crecer una planta robusta sin recibir los cuidados que favorecen su desarrollo?

Ante esta realidad me he preguntado muchas veces… ¿Seguimos el ejemplo de Jesús sobre la edad adecuada para recibir el Bautismo?

Creo que no y por eso se debe comenzar conociendo bien a Jesús leyendo la Biblia-no tenemos otro camino- con la ayuda de una buena orientación y después, si los frutos son buenos, las personas pedirán el Bautismo cuando deseen recibirlo porque conocen qué van a recibir y no como se hace ahora.

Pablo predicaba empujado por la fuerza que le daba el cambio que había dado a la vida poco recomendable que llevó y les aconsejaba que no vivieran en actitud pasiva permanente sino luchando para abandonar la oscuridad y caminar por la luz. Les propuso luchar cada día contra el mal y no retroceder pues al no hacerlo se vive dentro de un cuerpo que camina sin sentido y lo correcto es hacerlo empujados por la confianza que nos da saber que el Señor nos espera.

Cuidar la fe nos ayuda a levantarnos y la verdadera liberación sólo está junto al Señor pero sólo se alcanza si hacemos cosas buenas y el día que estemos en su presencia se nos valore lo bueno que hemos hecho.

 

 

 

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