Colaboración de Paco Pérez
DECIR Y HACER,
EL CAMINO
Siguen
al Señor quienes escuchan su mensaje, trabajan para que llegue a la sociedad,
no temen a las posibles consecuencias que les puedan venir de quienes no lo
acepten y no responden a las ofensas que reciben.
Isaías
lo enseñó y lo practicó muchos años antes que Jesús confirmara con su ejemplo
que ese es el camino.
Él
deseaba que quienes escuchaban y presenciaban sus ejemplos de vida lo
comprendieran, que cambiaran y ayudaran a otros. Como hombre, necesitó evaluar
el fruto de su predicación y, por lógica, comenzó por los discípulos porque lo
habían presenciado y escuchado todo, por eso les preguntó:
[¿Quién dice la gente que soy yo?].