jueves, 16 de octubre de 2025

LA ORACIÓN

 Colaboración de Paco Pérez

¿CÓMO, CUÁNDO Y POR QUÉ?

DOMINGO 29 C

TEXTOS, para meditarlos:

1ª LECTURA: ÉXODO 17, 8-13

En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín.

            Moisés dijo a Josué:

            - «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.»

             Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.

             Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.

             Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol.

Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.

SALMO RESPONSORIAL: 120

R/ El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/

        No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. R/

        El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. R/

        El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. R/

2ª LECTURA: 2 TIMOTEO 3, 14-4,2

            Querido hermano:

            Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.

            Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.

            Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.

EVANGELIO: LUCAS 18, 1-8

18,1 En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:

2-5       «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

            En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:

            - "Hazme justicia frente a mi adversario."

            Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."»

6-8 Y el Señor añadió:

- «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas?

REFLEXIÓN:

En el relato de la invasión de Israel por Amalec se nos enseña cómo guía Moisés al pueblo y la importancia que tienen las respuestas que dan las personas a las situaciones complicadas que se nos presentan, unas se muestran mucho y hacen poco pero otras callan, se ponen el mono y arreglan los problemas.

Moisés lo hizo orando sin interrupción -ayudado por Josué, Aarón y Jut- porque tenían fe, confiaban en que el Señor no los abandonaría, no dudaron y se esforzaron hasta el final. Todos fueron constantes, el Señor estuvo a su lado y triunfaron.

Jesús nos enseñó a orar: En soledad, sin cansarnos de presentarle a Dios los asuntos que nos preocupan porque la justicia humana, a veces, no escucha; confía en que Él actuará a favor nuestro y, sobre todo, no acudir a pedirle su ayuda empujados por egoísmos personales.

El comportamiento correcto es el de la viuda y el incorrecto el del juez que no respetaba la ley y era injusto. Ella se mostraba constante, no perdía la esperanza y continuaba reclamándole justicia porque confiaba en que la verdad triunfaría.

Si el juez dio la razón a la viuda no fue por su constancia sino por su interés egoísta personal, temor a que ella lo agrediera.

Cuando oramos… Somos honestos o le ocultamos nuestras mezquindades?

Debemos tener confianza en Él porque sabemos que siempre nos escucha, es justo y no nos abandona.

Pablo aconsejaba permanecer fieles a lo aprendido en la Sagrada Escritura porque con ella podemos educarnos en los principios y conocimientos que ayudan a seguir fieles a Él, recibir, por la fe en Jesús, la sabiduría que nos conduzca a la salvación, actuar con firmeza practicando y divulgando su mensaje y no dudar al reprender o corregir a quienes se desvían pero sabiendo que sólo lo haremos si es para ayudarles a cambiar de comportamiento.

 


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