miércoles, 22 de marzo de 2017

EL RECLAMO DE PERDIZ

Colaboración de José Martínez Ramírez
PARA D. JOSÉ CUENCA ANAYA
Se levanta algo inquieto antes del alba,
después del aseo saborea pan, con ajo
y aceite, tostado despacio en las ascuas
que quedan de anoche y añade un palo.

Mira sus perdices y elije una que canta
como Sinatra, de ahí su nombre tan caro.
En el cazadero se adivinan gargantas
y plumas en celo, el pájaro tendrá trabajo.
Sus reclamos tan suaves levantan la mañana,
un par entra en la plaza con mucho desparpajo,
la cresta levantada y sus dos alas arrastras.

Presenta batalla y el mío responde con cuajo,
una carambola bajo la retama, de alba,
mientras el rocío brilla sobre el mostajo.

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