domingo, 12 de mayo de 2019

EL BUEN PASTOR Y SU REBAÑO


Colaboración de Paco Pérez
Considero que el gran problema del cristianismo desde que comenzó su andadura fue, y es, que los predicadores no han sabido mostrar a las personas a Dios y el “verdadero camino” para ir hasta Él o en los receptores del mensaje porque no supimos encontrarlo en sus testimonios y por eso aún seguimos perdidos.
¿Por qué este estancamiento?
Los que tuvieron la suerte de vivir en la época de Jesús no comprendieron sus palabras cuando les hablaba y un tiempo después lo acosaron y lo mataron. Ocurrió porque el judaísmo giraba en torno al cumplimiento rígido de los principios reflejados en su “Libro sagrado”; los sacrificios que el pueblo ofrecía en el Templo; la clase sacerdotal que oficiaba en él; el Sanedrín, el órgano encargado de poner orden, y los “fariseos”, manejando el poder.

Este conjunto convirtió a la sociedad en una manada de borregos que no pensaba y así era conducida por ellos en la dirección que les interesaba: Cumplimiento estricto de los preceptos religiosos, reunirse en la sinagoga y presentar las ofrendas en el templo. Con estas y otras medidas convirtieron el “judaísmo” en un “sistema” que dejó al pueblo sin capacidad de reacción propia.
Cuando apareció Jesús ellos temieron que les hiciera perder la posición social privilegiada que tenían, de ahí su interés para averiguar quién era cuando se le acercaban, entonces lo interrogaban para que dijera si era o no el Mesías y Él les respondía con la verdad que ya les había mostrado y les enseñaba lo que era ser “oveja”, “rebaño” y “buen pastor”. Con ese método les mostró con claridad que, como “pastores del pueblo”, no habían sabido conducir a las “personas” de manera correcta y que, por esa razón, ellos no eran para Élovejas” de su “rebaño”. No lo eran porque entre las ovejas y el pastor debe haber una buena sintonía, él siempre buscará lo mejor para ellas y éstas deberán escucharlo y obedecerlo… ¿Lo hacían ellos? ¿Lo hacemos nosotros?
Jesús denunció ante ellos sus prácticas manipuladoras y éstos se enfrentaron a Él porque sus predicaciones y prácticas eran totalmente contrarias a lo que ellos habían enseñado y también porque los negocios y privilegios que tenían alrededor de la religión los perderían, por eso lo persiguieron y lo mataron.
Un tiempo después Pablo y Bernabé fueron a evangelizar, iban de un lugar a otro predicando la Palabra, entraban los sábados en la sinagoga y les hablaban del Reino pero sus mensajes eran bien acogidos por unos y rechazados por los judíos que, además, indisponían a la población influyente contra ellos.
¿Por qué?
El pueblo elegido seguía sin aceptar que estos predicadores también mostraran su mensaje a los gentiles.
Ante esta actitud Pablo y sus acompañantes les reprocharon ese comportamiento, les comunicaron que por orden de Dios fueron hasta ellos y que, por su actitud, el Señor les ordenó que se marcharan a predicar a los gentiles. Cuando éstos escucharon las palabras que dirigieron a los judíos se llenaron de alegría, creyeron y recibieron la luz del Señor… ¡Ahí está la diferencia!
Antes de marcharse los misioneros se sacudieron las sandalias, después abandonaron el lugar donde habían sido rechazados y regresaron con los gentiles.
Los judíos no comprendieron el sencillo mensaje del amor: Vivir a diario con sencillez, intentar ayudar a los necesitados y no ser injustos.
En el Apocalipsis, Juan nos muestra en la visión que tuvo la realidad de las personas: Aquellas que cumplieron los preceptos del Señor y lo siguieron sufrieron por su causa pero después fueron limpiados por la gracia que se derivó del gran sacrificio de la Cruz, también recibieron los beneficios de no tener que preocuparse más de los problemas que nos afectan a diario: Trabajo, hambre, sed, frío, calor…
Han pasado muchos años y, aunque no es el mismo estilo del judaísmo, me planteo… ¿Algunas prácticas de nuestra religión católica nos hacen ser, hoy, un rebaño encorsetado en la tradición y alejado del camino?


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