lunes, 6 de mayo de 2019

LA PEÑA “EL CHURRO”



Colaboración de Paco Pérez
ASÍ NACIÓ
CAPÍTULO III
El inicio de este grupo fue posible porque en la calle Ramón y Cajal, conocida popularmente como “El Pilar”, vivían LuciLa Chica”, PaquiLa Trapera”, LuciLa Grande” y las hermanas Vílchez.
Jugaban y jugaban todos los días en el barrio con las muñecas, la goma, a la chicha, a las casicas y, como eran incansables, cuando acababan con los juegos propios de las niñas se daban una vuelta por las eras y si en ellas había niños jugando al fútbol pues también participaban si eran necesarias para formar los equipos. Ellos también se mezclaban con ellas en los juegos de “La chicha”, “La raya de Francia”, “Los indios”… ¡¡¡Qué ilusión le hacía a Luci “La Chica” jugar a los “Los indios”!!!

Ellas siempre iban preparadas para participar en este juego, llevaban una pluma, pero Luci era la mejor porque tenía unas trenzas que la convertían en una auténtica india y las otras, como tenían el pelo corto, pues sólo se hacían unos pequeños rabillos.
Estaba jugando Luci “La Chica” en las eras con Alonso, el hermano de PaquiLa Trapera”, éste tendría entonces unos tres años y, sin saber cómo ocurrió, la verdad es que le metieron fuego a un almiar que tenía Antonio “Peñon” allí… ¡¡¡Menudo revuelo se metió con el fuego en la calle “El Pilar” y en el pueblo!!!
Un día regresó al pueblo Juanita, la hermana de CristóbalEl Pintor”, ambos hermanos tenían que ir ya al colegio y al vivir con su familia en la cortijada de “Sanchiníguez” no podían estudiar allí.
Por esa razón sus padres fijaron su residencia en la casa que tenían en la calle “El Pilar”, ella comenzó a juntarse con las niñas que vivían cerca de su casa y en estas nuevas amigas encontró un ambiente infantil único para jugar.
LoliLa torrejonera” vivía con sus padres en la cortijada “El Torrejón”.
Ella, durante el verano, se venía a Villargordo con sus abuelos maternos, conocidos como “Los Graneros”. Esta familia también vivía en la calle “El Pilar”, cerca de la casa de Paqui La Trapera” y por esa circunstancia ella recuerda que, cuando los vecinos se salían en las calurosa noches de verano a la calle para tomar el fresco, las dos jugaban en la calle.
Un tiempo después, cuando tuvo que empezar a ir al colegio, comenzó a vivir con los abuelos casi todo el año y ella se integró totalmente en el grupo de amigas de la calle. Así estuvo hasta que sus padres compraron una casa en la calle La Parra y, como estaba cerca de la Paqui, esa proximidad hizo que la amistad continuara, con ella y con todas, hasta hoy.
La obligación de ir al colegio no fue sólo para Juanita y Loli sino para todas, así fue cómo se les complicó el mundo infantil de los juegos que habían disfrutado hasta ese día sin horario y que tanta felicidad les había regalado cuando volaban libres como los pájaros por las eras o la calle. Cuando entraron en las aulas lo pasaron mal porque tenían que cumplir con un horario rígido y eso no les gustó porque tuvieron que abandonar sus costumbres diarias.
Otro problema que no esperaban tener fue que no coincidieron en la misma aula y como también tuvieron limitadas sus horas de juego pues cuando entraban ya estaban deseando que llegara “el recreo” para juntarse todas y jugar al “Balón prisionero”, la “Goma” o la “Chicha”.
Recuerdan con cariño que algunas tuvieron de maestra a Dª Maruja.
Ésta fue su vecina en la calle y recuerdan una anécdota curiosa de aquel tiempo que estuvieron con ella en su clase.
Comenta Luci “La Grande” que la maestra les decía:
- ¡¡¡Nenas, vamos a leer!!!
El grupo de niñas acudía hasta la mesa, la maestra permanecía sentada en su sillón y las alumnas se ponían de pie alrededor de la mesa con el libro de lectura abierto sobre sus manos. Como leían una a una, la maestra tenía también su libro abierto y ellas, mientras les llegaba el turno de hacerlo, se fijaban en el libro de la maestra y así fue como se acostumbraron a leer los textos al revés.
El recuerdo imborrable que tienen de la escuela de aquella época es… ¡¡¡Pocos deberes y mucho juego!!!
Mari Carmen comentó que uno de los juegos que se inventaron estuvo inspirado en esa destreza que adquirieron en la escuela de Doña Maruja para leer las palabras al revés. Dijo que un día estaban de cachondeo y a una de ellas se le ocurrió la idea de comunicarse los mensajes pronunciando las palabras que usaran al revés.
Yo, mientras ella lo contaba, me quedé sorprendido y le hice ver que no sabía de qué iba el mensaje y entonces, para que entendiera bien en qué consistió el juego, me puso este ejemplo:
- Lucía = acilu
– María = arima
–González = lezzagón
– García = acigar
En los juegos de la escuela conocieron a otras niñas pero con quien hicieron muy buena amistad fue con Mari Carmen La de Ojirres”.
Ésta vivía en otro barrio y para jugar alternaba la calle donde estaba ubicada la casa paterna, Marqués de Mondéjar o “El Santo”, y la calle José Antonio del Moral Garrido, más conocida en aquellos años como calle de D. AntonioEl Practicante”. Acudía a ésta porque en ella tenía casa su abuela paterna, en la que ella vive ahora. En aquellos años visitaba a su abuela todos los días e incluso se podría afirmar que no paraba de ir y venir pues como ambas casas estaban muy próximas ese movimiento no le resultaba pesado y, además, porque en esta calle jugaba con dos buenas amigas: Anita, la hija pequeña de “Cabeza Pepino” y Paqui, “La de Vitor”.

Estos dos grupos de amistad un día se fusionaron y tuvieron a Mari Carmen como nexo de unión pues ella tenía amigas en ambos y esa fue la razón por la que todas comenzaron a juntarse cuando eran niñas para jugar y de mayores para salir los días de fiesta al “Paseo”.
A pesar del paso del tiempo y de no vivir todas en Villargordo la amistad sigue firme.

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