jueves, 2 de mayo de 2019

LA PEÑA “EL CHURRO”


Colaboración de Paco Pérez
AUMENTAN LAS PEÑISTAS
CAPÍTULO II
Siempre habían estado en la convivencia churrera de los martes las mismas señoras: LuciLa Chica”, PaquiLa Trapera” y Mari Carmen “La de Ojirres” y esta circunstancia nos hizo creer que las componentes de la peña eran TRES.
Un día la foto cambió porque también estaba con ellas LuciLa Chilanca o la Grande” y por eso les dije:
- Se nota que la peña ha cambiado en dos cosas, ha aumentado el número de sus componentes y en la bandeja sólo queda el papel lleno de aceite.

Entonces nos manifestaron que ella formaba parte del grupo desde siempre y que si había faltado durante un tiempo fue por tener que cumplir con sus obligaciones familiares.
Esta noticia me dejó descuadrado pues me confirmó que las apariencias muchas veces engañan.
Desde ese día las cuatro han venido asistiendo al desayuno del martes y muy pocas veces alguna ha fallado pero siempre porque las obligaciones son antes que las devociones.

Unos días después decidimos dar marcha al relato acordado y entonces el refrán volvió a triunfar… ¿Por qué?
Les propuse que me fueran aportando algunos datos de los hechos más relevantes que les ocurrieron desde que eran niñas y que buscaran fotos que acompañaran a los textos. Entonces una de ella contó una anécdota vivida, mencionó a otras señoras como protagonistas de él y así fue cómo Mari y yo supimos que esta peña
La componían en sus inicios OCHO personas y que un tiempo después la ampliaron con dos más y ya fueron DIEZ… ¡Menudo sorpresón nos llevamos!
Las compañeras que faltaban por aparecer y las razones de su no presencia en las reuniones churreras:
- Juanita La de Adela” es hermana de CristóbalEl pintor”, vivió durante los primeros años de su vida en la cortijada de “Sanchiníguez”, por esa razón se incorporó más tarde al grupo y, cuando se casó, se marchó del pueblo para vivir en Granada.
Angelita Vílchez, también se casó y vive en Torrequebradilla (Jaén).
Gloria Vílchez y Loli “La del Torrejón”, por razones laborales, residen en Linares (Jaén) y no se casaron.
También forman parte del grupo:
- Anita “Cabeza Pepino”, desde que se casó vive en Arganda del Rey (Madrid).
Paqui “La de Vitor” eligió como esposo a Paco García GonzálezEl Vaquero” y por razones laborales de él vivieron en varias poblaciones de nuestra geografía, recalaron finalmente en Torredonjimeno (Jaén), enviudó hace poco y continúa residiendo en esa población junto a sus hijos y nietos.
Cuando pasaron los años, crecieron y les llegó el momento lógico de ennoviarse, trabajar, casarse, tener hijos y vivir en lugares diferentes del pueblo o fuera de él. Pues, a pesar de estas circunstancias separadoras ellas siguieron fieles al grupo y afirman que no han sido suficientes estas realidades adversas para que continúen reuniéndose y, además, con gran frecuencia. Las que están viviendo en el pueblo acuden los martes a la “Cafetería-Churrería Luchy” y, aunque caigan “chuzos de punta”, ellas desayunan siempre en la terraza pues opinan que… ¡Haga frío o calor, después de los churros y el café, la tertulia y el cigarro sientan mejor! 
Durante el año, en fechas muy señaladas, también se reúnen en más de una ocasión en alguno de los restaurantes locales para almorzar. Yo, para ampliar el tema informativo, les hice varias preguntas aclaratorias sobre estos encuentros:
- Cuando os reuní todo el grupo para almorzar… ¿Vais acompañadas de los esposos o solas?
Mari Carmen tomó la palabra para responderme y lo hizo en un tono muy natural:
- ¡Noooo, esos encuentros son sólo para las mujeres y ellos se quedan en casa de cocineros!
Pude comprobar que la Peña “El Churro” está muy consolidada pues, aunque las circunstancias descritas las han obligado a estar diseminadas por nuestra geografía andaluza o nacional, ellas no olvidan los muchos años que disfrutaron juntas desde que eran niñas y el secreto de permanecer tanto tiempo así lo achacan a las circunstancias naturales que concurrieron cuando empezaron a ser grupo pues en aquellos años, al ser tan pequeñas, ninguna perdió el sueño pensando con la almohada qué niñas eran las que más les interesaban como amigas y cuáles no. A ellas la coincidencia les hizo tener casi la misma edad; unas familias que vivían en la misma calle o en otras muy próximas; ir juntas al colegio, jugar en los patios durante el recreo y regresar a casa hablando y saltando; volver a jugar por las tardes en las calles y en las eras del barrio hasta que se hacía de noche…


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