Colaboración de Paco Pérez
LA RESPUESTA
Quienes
son humildes y sencillos no cometen el error de verse arrastrados por el
egoísmo que nos empuja a desear aumentar las propiedades, a ocupar los primeros
sillones en los actos sociales o a tomar el timón del poder. Los ambiciosos
hacen lo contrario y nos enseñan lo que no se debe hacer.
Otros
frecuentan el arte de aparentar lo que no son mostrando una imagen diferente de
su realidad. Estas personas olvidan o ignoran que esos comportamientos chocan
con las enseñanzas de Jesús, la sencillez y la humildad son la respuesta.
Jesús fue invitado a comer en la casa de un fariseo, algo chocante pero una práctica frecuente en aquella cultura… ¿Por qué?
Porque
valoraban mucho el acoger al viajero, intercambiar conocimientos culturales,
debatir sobre la actualidad, posicionarse sobre los temas hablados… Él observó el
mal comportamiento de los asistentes e intentó corregirlos, lo hizo con una parábola
y en ella les mostró la falsedad que rige el comportamiento humano: “Tanto tienes, tanto vales” o “doy a quienes me dan”.
Con
ella les enseñó el poco valor que tiene invitar a quienes les van a devolver la
invitación después pero que sí tiene mucho valor invitar a quienes no poseen
nada pues éstos no podrán devolverles jamás la gentileza.
También
les recordó lo importante que es ser humildes:
[Porque todo el que se enaltece
será humillado, y el que se humilla será enaltecido.].
En
la carta a los hebreos se nos recuerda que Dios se manifestó a su pueblo con formas
diferentes.
En
el Sinaí, impresionó a las personas con los elementos inesperados que
acompañaban a sus palabras y ellos los rechazaron porque se asustaron.
En
Jerusalén, el pueblo conoció las bondades de Jesús, al mostrarse y actuando, en
su doble condición de hombre y Dios.
En
ambas vivencias Dios mostró su plan, ahora nos corresponde responderle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario