Colaboración de Paco Pérez
SON RECHAZADOS
Jeremías,
hombre de fe, comunicaba a quienes gobernaban qué debían hacer y qué no para evitar
el peligro que se les presentaba por culpa de sus intereses personales: El rey
tenía que permanecer fiel a Babilonia pero otros preferían aliarse con Egipto e
ir en su contra.
Los consejos del profeta no fueron bien recibidos por los poderosos y visitaron al rey, le informaron de lo que decía, lo acusaron de subversivo y le pidieron que actuara contra él pero el rey les traspasó a ellos esa responsabilidad… ¿Por qué actuó con dejadez en el desempeño de sus funciones como rey y después lo salvó?
Porque
antes, igual que ahora, los dirigentes también enmascaraban sus intereses
personales. El rey no quiso contrariarlos para que no lo traicionaran y después,
a espaldas de ellos, salvó a Jeremías porque conocía sus bondades.
Las relaciones humanas, a veces, tienen un problema:
Quienes escuchan no comprenden el verdadero sentido de las palabras de otros. Jesús,
a veces, hablaba con palabras poco entendibles:
“… prender fuego” o “…tengo que pasar por un bautismo”.
Hoy se nos informa…
¡Se ha prendido fuego!
Así comunican
que ha ocurrido una acción devastadora
y de sus consecuencias lamentables.
Pero Jesús no dio a sus palabras ese
sentido. Él deseaba que su labor
evangelizadora calara hondo en las personas para que pudieran distinguir
entre el bien y el mal, que actuaran empujados por la fuerza vital que les transmitía
y que hubiera un cambio radical en la convivencia pero no quiso ofrecernos la
imagen final de un juicio con castigos.
A veces, decimos
a las personas … ¡Vamos de bautismo!
Y les aclaramos,
nuestro/a nieto/a va a “recibir el agua”.
Jesús, en esta ocasión, no se refería al bautismo
del Jordán sino a su muerte y sufría porque sabía que ese final era
necesario para que la venida del Espíritu Santo tuviera lugar.
Seguir a Jesús es asimilar qué es: Compartir el sufrimiento,
abrazar los buenos ideales, practicar la oración, rechazar al dios riqueza, ayudar
a las personas necesitadas...
Les proponía la PAZ pero también les comunicó que su venida lo que haría sería establecer
entre ellas la ruptura.
Para
alcanzar el Reino, Pablo aconsejaba liberar el espíritu rompiendo con todo lo que ata, competir con fuerza en la carrera de la vida y no
olvidar que Jesús muestra el camino de la fe y ayuda a vencer al
pecado.
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