jueves, 11 de abril de 2024

LA RESURRECCIÓN LOS OFUSCÓ

 Colaboración de Paco Pérez

RELACIONARSE, LOS CAMBIÓ

La resurrección de Jesús fue un hecho real pero, aunque nadie habló de los detalles ni del momento en que ocurrió, lo que sí precisa el relato es que algunos, al recibir la noticia, dudaron, tuvieron miedo y se reunieron en una casa de Jerusalén buscando en el colectivo su seguridad.

Al aparecerse no lo reconocieron pero Él lo solucionó hablando con ellos, mostrándoles las huellas de la violencia recibida, compartiendo alimentos y recordándoles que lo ocurrido confirmó lo anunciado por los profetas. Aquellas reuniones en la casa podrían interpretarse, por la unión que mostraron ante la adversidad que les supuso lo ocurrido, como el inicio de las comunidades cristianas.

En sus apariciones los saludaba deseándoles la PAZ, les aconsejaba que vivieran sin violencia, ayudándose y compartiendo penas y alegrías y que evangelizaran a todos proponiéndoles el arrepentimiento para poder recibir el perdón. 

La fe entró con fuerza en los discípulos porque tocaron, comieron, dialogaron y recibieron de Jesús sus mensajes, a nosotros nos queda la huella de sus ejemplos.

Lo ocurrido en Jerusalén nos prueba que la fe no viene a las personas con facilidad ni de la misma forma. Unos necesitaron ver y tocar para alimentar su creencia, en nuestros templos las personas tocan las imágenes, y otros la aumentan cuando, intentando comprender el misterio de Dios, profundizan en el ejemplo de Jesús y practican su ejemplo… ¿En qué grupo estoy?

Los discípulos cambiaron y consolidaron su fe ayudados por las vivencias que tuvieron con Él durante esos días y una prueba de cambio radical la encontramos en Pedro, el discípulo que negó tres veces a Jesús por miedo a morir pero cuando comprendió quién era ya no dudó, tuvo fe y salió con valentía a proclamar ante el pueblo lo ocurrido.

La muerte de Jesús evidencia una realidad, sufren el   rechazo social quienes son justos, dicen la verdad y ayudan a los demás, Él fue así y, a pesar de ello, murió para que pudiéramos salvarnos.

Pasaron los años, las comunidades cristianas no progresaban y Juan les pidió que abandonaran el comportamiento equivocado que les hacía proclamar a Dios como Padre y no reconocer a Jesús como su Hijo, que cumplieran los mandamientos y que dejaran de pecar.

 


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