viernes, 16 de agosto de 2024

EL DOMINGO ASISTIMOS…

 Colaboración de Paco Pérez

¿A EUCARISTÍA O MISA?

La sociedad no suele arriesgar y por eso elige personas expertas para ocupar los puestos de responsabilidad o para realizar cualquier trabajo, la historia del pueblo de Israel prueba que Dios sigue otra línea, elegía como cabezas visibles que les ayudara a personas sencillas y las animaba a que participaran en la divulgación de su mensaje con ilusión, espíritu de mejora y mucha prudencia.

Durante el Éxodo, el “maná” no fue el pan de salvación porque sus preocupaciones eran de supervivencia, comer para no morir, y porque a Dios no lo tenían en el centro de sus creencias.

Vino Jesús y todo cambió al invitarlos a seguirle para alcanzar la vida eterna, lo hizo en unos términos difíciles de comprender al guiarse por la literalidad de sus palabras, de ahí que quienes le acompañaban a diario hablaran en términos materiales, comer y beber… ¿Por qué?

Porque no comprendieron que les propusiera entregarse de manera total a la causa de Dios y que eso requería, y requiere, ayudar al prójimo en sus necesidades, materiales y espirituales, -lo que Él hacía- y que no tuvieran miedo a las consecuencias que se pudieran derivar de responderle como Jesús, morir por los demás… ¿Nos planteamos la Eucaristía en estos términos o asistimos a misa? ¿Cambiamos o seguimos con los mismos comportamientos?

Pablo les proponía estar vigilantes siempre pues los días de bonanza no son eternos y en un momento todo puede cambiar, por eso les aconsejaba estar prevenidos para salir victoriosos. También les dijo que para triunfar deberían vivir vigilantes, confiados en el Señor, no olvidarse de ser responsables y generosos con los demás, acudir a Él para ofrecerle nuestras obras buenas y pedirle su ayuda y protección.

 

 

 

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