Colaboración de Paco Pérez
Y SE
ENCARNÓ EN JESÚS
Nuestro
comportamiento con Dios cambia, unas veces nos acercamos y otras nos
alejamos, pero Él no actúa así porque, al ser inmutable, siempre nos ama y
espera confiado nuestro retorno al buen camino porque Él es la Sabiduría que
existe desde el comienzo de los tiempos y se manifestó en Jesús como la Palabra
hecha hombre, una forma de nombrarlo y reconocerle que estaba junto al Padre
desde el comienzo de los tiempos y que es Dios.
Al Padre nadie lo ha visto pero sabemos que lo creó todo y que Jesús nos salvó. Partiendo de ahí podemos afirmar que todo es obra de la Sabiduría infinita de Dios aunque haya personas que busquen explicaciones contrarias para derrumbar esa realidad. La prueba innegable de lo que hizo, y hace, está en las diferentes manifestaciones que nos ofrece la naturaleza. Si no lo vemos ahí podemos explorar la Biblia y en ella encontraremos a Jesús mostrando el camino del Reino cuando les daba de comer, acogiéndolos, curándolos, perdonándolos... Pero, al no comprender el verdadero contenido de esos mensajes, se opusieron a Él.
El
Eclesiástico comenta las inquietudes de las personas de otros tiempos y sus
culturas, nosotros conocemos las nuestras, pero todos coincidimos en dejar en
manos del Señor la solución de nuestros problemas pues sabemos que siempre está
a nuestro lado.
Pablo
se preocupaba del funcionamiento de las comunidades que fundó animándolos a
seguir creciendo en la fe a Jesús, recordándoles que Dios los había elegido
para que fueran santos e hijos suyos y que amaran a los hombres pues así el
Padre les daría sabiduría y revelación para conocerlo y comprender cómo es la
esperanza que propone y la gloria que da en herencia a los santos.
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