Colaboración de Paco Pérez
LA ASIGNATURA
PENDIENTE
Los
palestinos eran religiosos y tenían sus costumbres pero cuando la cultura
helena amenazó los cimientos de esos pilares comprendieron que corría peligro
la identidad histórica de su pueblo. Ante esa evidencia, el autor del
Eclesiástico intentó evitarlo recordándolos para afianzarlos y alejarlos de las
ideas paganas que enseñaban pues en la familia todos eran importantes si respetaban el
esquema jerárquico de padre, madre e hijos.
El
Señor les recomendaba ser respetuosos y cuidarlos, prometiéndoles premiar a
quienes cumplieran esas obligaciones.
Hoy… ¿Respetamos sus deseos?
No y por eso la familia está en crisis, una realidad demostrable si enfrentamos el modelo bíblico y el actual, no se parecen y las consecuencias negativas se reflejan en la convivencia.
La
Sagrada Familia nos recuerda el camino cristiano: Fe, amor, confianza,
comprensión y ayuda mutua. José y María lo cumplieron, el Padre los bendijo,
protegió y su vida discurrió con humildad y aceptación cuando emigraron a
Egipto para salvar a Jesús. Allí superaron las adversidades, mantuvieron la
unión familiar y vivieron con firmeza sus creencias religiosas.
Al
regresar subían anualmente a Jerusalén para cumplir la tradición, Jesús los
acompañó al tener la edad y visitó el Templo pero no lo hizo para participar en
las ceremonias tradicionales de las ofrendas y sacrificios, sino para reunirse
con los doctores de la Ley y hablar de las cosas de su Padre… ¿Qué nos enseñó al
hacerlo así?
Que
debemos buscar a Dios en la Biblia y alejarnos de los actos que nos distraen de
la verdad.
Pablo también aconsejó sobre la familia que fueran
entrañables, bondadosos, humildes, dulces, comprensivos… Quienes estuvieran
enfadados con otros deberían amarlos y perdonarlos pues si Jesús lo hizo
nosotros también debemos hacerlo, así permaneceremos unidos, aceptaremos las
correcciones y Cristo intervendrá de mediador… ¿Aplicamos esos consejos?
Esas relaciones debían practicarse respetando la
jerarquía que Él estableció. No obstante, dio un consejo a los progenitores:
[Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.].
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