Colaboración de Paco Pérez
Nos había llegado desde Villargordo, de manera
poco explícita, la noticia: D. Antonio,
nuestro párroco, había sido trasladado a Cazorla.
Comentamos en familia que establecería un nuevo record de permanencia entre
nosotros, 14 años, pues iba a superar el que ostentaba D. Tomás, 12 años. Esta permanencia es poco corriente en la
profesión de párroco pueblerino pero él ya se había convertido en uno más de
nosotros y se sentía muy cómodo aquí. No es una opinión personal y sí el
reflejo de las palabras de despedida con las que él, en las dos últimas misas, hizo
balance de esos años y, mientras las pronunciaba, se desprendían de ellas una
enorme carga sentimental. En su exposición resaltó el comportamiento que los vecinos
habían tenido hacia su persona y familia, acompañando sus afirmaciones con los
recuerdos de todo lo bueno que había recibido de nosotros en esos años.