Colaboración de Paco Pérez
¿DESEAMOS PARTICIPAR ILUSIONADOS O SÓLO ASISTIR?
En el pasado, a las bodas asistían las familias de los contrayentes y las personas muy allegadas, se divertían mucho pero también había quienes decidían no acudir. Jesús debió ir a más de una y así fue como conoció las particularidades de estos actos, experiencias que le sirvieron después para ponerles ejemplos de esta índole con los que pudieran entender mejor sus mensajes.
Hoy, ejemplariza estas costumbres para hablarnos del Reino de los Cielos y para ello nos cuenta lo ocurrido a un rey que casaba a su hijo y, cuando estaba todo dispuesto, mandó a los criados con las invitaciones y los elegidos no acudieron.