lunes, 23 de noviembre de 2015

EL 20 DE NOVIEMBRE EN LA HISTORIA

Colaboración de Paco Pérez
El pasado 20 de noviembre, al amanecer, las ondas radiofónicas recordaban a los españoles en sus informativos que un 20 de noviembre de 1975 moría Franco.

En ese momento el recuerdo me hizo revivir algunas escenas de aquel día en el pueblo y en la TVE. Retomé el tema unas horas después, exploraré el “calendario de la historia” y, cuando lo hice, éste continuó alumbrándome más noticias relacionadas con otros hechos históricos que también ocurrieron en un día 20 de noviembre, el motivo de mi consulta. Hay muchos más acontecimientos que también están expuestos en el panel de la historia pero, como traerlos a todos no es el objetivo y os cansaría, sólo os voy a proponer algunos con los que poder respaldar el planteamiento de mi escrito:
Día Universal del niño
Se recuerda a la personas que los niños son los más débiles y por tanto los que más sufren los problemas. 
Todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección.
Nacimientos:
En 1889 nació Edwin Powell Hubble, astrónomo estadounidense que demostró la expansión del universo. Se le considera el padre de la cosmología observacional.
Hechos históricos:
1815. Francia, después de la derrota que recibe en Waterloo por las tropas del ejército imperial, se ve obligada a firmar un tratado de paz en París en el que los países aliados le imponen durísimas condiciones: [Volver a sus antiguas fronteras, pagar indemnizaciones, devolver las obras de arte incautadas…]. 
1910. En México se inicia la “Revolución armada” y Francisco Madero publica el "Plan de San Luis". Este Plan provocó una guerra civil de casi 10 años de duración.
1945. Se abre en Nuremberg (Alemania) la sala del Tribunal Militar Internacional para juzgar los “Crímenes de Guerra” cometidos por la Alemania nazi.
Obituarios:
1764. En la ciudad de Moscú (Rusia) fallece el matemático prusiano Christian Goldbach. Conocido por esta Conjetura:
[Todos los números pares mayores que 2 pueden ser representados como la suma de dos números primos.].
Hasta la fecha, nadie ha refutado ni demostrado la veracidad de la misma. 
1936, durante la Guerra Civil Española. Buenaventura Durruti, sindicalista y anarquista revolucionario, fallece por las heridas recibidas durante la defensa de Madrid (España). 
1936, los republicanos fusilan a José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange, en la cárcel de Alicante (España). 
1975, muere el general y dictador Francisco Franco en Madrid (España).
Estos hechos confirman por sí solos que el día no es el importante, lo es el acontecimiento y el personaje que lo protagoniza, y que ambos convierten las fechas en importantes o en inadvertidas. La del 20 de noviembre ya había sido encumbrada con anterioridad a la muerte de Franco, Durruti lo era para la izquierda y José Antonio para la derecha.
Se comentó en su momento que la muerte de Franco se controló por los médicos para que éste no muriera hasta ese día y así, su muerte, ocuparía el primer plano de la actualidad nacional de esa fecha en el futuro. El pasado 20, en un debate, escuché una entrevista con el doctor que atendió a Franco en sus últimos días de vida y él negó esos comentarios que se habían difundido en su momento.
Lo que me ha movido a escribir este post no es el recuerdo de la muerte de Franco sino lo que  supuso para el pueblo español.
Ese día, tal vez, los españoles no nos comportáramos de manera unánime con la noticia de su muerte y, por esa discrepancia, una buena parte mostraran la parte negativa del ser para recordar a la sociedad, por si no tenían memoria histórica o no lo habían vivido, las cosas malas que hizo y lo harían arropados con la bandera del odio y del resentimiento, los peores compañeros que podemos tener para tomar decisiones. Éstos, como lo consideraban un asesino pues, tal vez, bebieron ese día para celebrar su muerte.
Por la acera de enfrente pasearían compungidos quienes, añorantes del régimen que gobernó España durante ese tiempo, porque considerarían que lo hizo bien o porque se beneficiaran de alguna ventaja, y éstos, tal vez, lloraron. Si lo hicieron fue porque lo idolatraban y, para ellos, murió la persona que, sin recibir ayudas del exterior; sacó a España, con disciplina y esfuerzo, del pozo de la destrucción en que caímos después de la Guerra Civil y, poco a poco, nos llevó hasta una situación de estabilidad económica y social.
Entre ambas posturas nos encontramos ahora otras muchas personas, no tantas como ellos, pero creo que, aunque fuéramos sólo unos cuantos, por el simple hecho de pensar diferente también merecemos que nuestro posicionamiento, basado en un pensamiento libre y sin ideología, sea respetado por quienes están amarrados, sin cordeles, a las ideologías que esclavizan al hombre.
En este grupo estamos quienes rechazamos a los que enturbian la convivencia en nuestros días. Lo consiguen quienes, reverdeciendo lo malo del pasado, se alegran en este día de lo ocurrido unos años antes, algo que no se debe de hacer nunca porque reabren las heridas que habían cicatrizado y porque no fue vivido por la mayoría de los españoles, aunque tengamos algunos años de más. Enturbian el ambiente, quienes siguen manifestándose añorantes de otros tiempos y utilizan los símbolos que caracterizaron al franquismo; como si el escudo, la bandera o el himno no fueran de todos los españoles. También es lamentable el comportamiento de quienes usan la bandera republicana para reivindicar, de manera particular o en actos públicos, el modelo de gobernanza nacional que propugnan sus partidos políticos.
¿Por qué opino así?
Porque ambas posturas no son democráticas pues olvidan, con su comportamiento sectario, que el censo electoral de la nación es quien decide y en el marco de la Constitución, qué modelo es el que debe guiar nuestro camino. Los comportamientos de quienes actúan fuera de la legalidad, aunque no los sancionen a pesar de hacer motivos, están siguiendo los ideales de los totalitarismos que han llenado el mundo de desgracias y, si mis palabras no se entienden bien, entonces les pregunto recordando al pasado… ¿Es tan mala la democracia que tenemos como para preferir romper lo logrado e instaurar otros modelos antidemocráticos?
Por ejemplo, el Sr. Pablo Iglesias debe pensar que sí porque le encanta el modelo de Venezuela… ¿Deseamos los españoles ser gobernados con un modelo de estado que anula las libertades, que amenaza sacar el ejército a la calle si en las próximas elecciones pierde Maduro y gana la oposición, que los supermercados estén sin alimentos…?
Pues este señor llama casta a quienes nos gobiernan en alternancia después de que desapareciera Franco. Es cierto que la corrupción la han convertido en normalidad muchos de ellos, no todos, pero rechazo el ideal de Podemos porque el ejemplo de Grecia sería nuestras consecuencias, son utopías no válidas y porque confío en que algún día tendrán los partidos corruptos actuales la honradez de legislar para que esta práctica sea un mal sueño que se acabe en la próxima legislatura… ¡¡¡No quiero más dictaduras en España y tampoco en Cuba o Venezuela pero los de Podemos aman estos modelos!!!
En la mañana del 20 de noviembre escuché, en una mesa de debate radiofónica, a Joaquín Leguina, socialista de corazón y primer Presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid entre 1983 y 1995, pues bien, una vez más comprobé que este señor tiene las ideas muy claras y que, cuando habla o escribe en los medios, siempre lo hace para construir y no para favorecer a su partido, cosa que no hacen otros. Sus palabras fueron una lección para el pueblo español de cualquier ideología, nos dijo: [Lo más importante de aquel 20 de noviembre de 1975 no fue la muerte de Franco, sino lo que vino después de ese hecho natural, la “RECONCILIACIÓN NACIONAL”.].
Otro ejemplo que refuerza cómo piensa este señor… ¡¡¡Declinó la invitación que le hizo Ciudadanos para encabezar su candidatura a la alcaldía de Madrid en las pasadas elecciones municipales!!!
Tomó esa decisión porque, aunque reconoce que está próximo a ellos, su casa sigue siendo el PSOE.
A este comportamiento le llamo tener coherencia y sensatez y a la de los otros sectarismo. Joaquín Leguina es un señor que por encima de todo ama a su patria, España. Cuando le llegue la hora de votar apoyará al PSOE pero cuando se trate el tema de la unidad o el de la fecha histórica del 20 N, como hace unos días, entonces se olvida de los manoseados tópicos de la izquierda: fachas, franquistas, dictadores, derechona... ¡¡¡Y pondera lo importante que nos trajo, la “RECONCILIACIÓN NACIONAL”!!!
Yo me pregunto… ¿Por qué usan esas terminologías, y no esta realidad, cada cierto tiempo o vuelven a reactivar la “memoria histórica”?
Lo hacen para obtener rentabilidad electoral y, en ese tema, Francia nos ha dado un ejemplo con el atentado, todos los políticos han cerrado filas con quienes gobiernan, en este caso los socialistas. Han actúan así porque los franceses sí tienen sentido de nación, aquí no y sólo se preocupan algunos de que su partido gobierne y cómo lo hace después ya no les preocupa. La demostración de lo que digo la tuvimos en España cuando el atentado del 11 M en Madrid, la izquierda movilizó la calle para cambiar la intención del pueblo español y ganar las elecciones, lo que consiguieron.
¿Qué ganamos los españoles con esa manipulación disfrazada de indignación?
Que nos desgobernara, durante OCHO años, el señor Zapatero. Ahora, que cada lector medite sobre las consecuencias de una irresponsabilidad ciudadana a la hora de votar.
Finalmente, reflejaré otra perspectiva diferente sobre el 20 de noviembre y lo haré desde el HUMOR. Desde hace bastante tiempo se viene publicando en los medios, como arma publicitaria… ¡¡¡España es diferente!!!
Como prueba de ello está el mensaje, foto y texto, que corrió por Washapps:
Franco estaba en la estación esperando la llegada del AVE que hace el recorrido Madrid-Barcelona y un señor se le acerca y le pregunta:
- ¿A dónde va usted vestido así?
– Voy a Barcelona, tengo que resolver un asuntillo con el señor Mas.

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