martes, 3 de noviembre de 2015

ESA QUIETUD SE QUEDA EN LA FOTOGRAFÍA

Colaboración de José Martínez Ramírez
Esa quietud se queda en la fotografía,
divino tesoro que en las manos dormía,
con la fragilidad de la lluvia en el cristal.
Somos, en la vida, como las hojas en el mistral.

Miro la pureza del momento, que viene y va,
flotando en sueños de burbujas de champán.
Las miradas limpias, sin pliegues ni celosías,
no es que la vida quiera volver a ese día.

Son sólo vientos de otoño y de caridad,
en los que ya sería igual esa melancolía.
No volveré a buscar ese tiempo dulzón,

cuando la dicha sonrió a mi corazón.
Así que guardaré esas flores marchitas
en el mismo arcón que el vestido nupcial.

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