jueves, 19 de mayo de 2016

CURIOSIDADES CIENTÍFICAS PARA MEDITAR

Colaboración de D. Ramiro Aguilera Vaquero
¿ESCASEZ DE ENERGÍA?
El profesor de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Yuval Noah Harare, en su libro “Sapiens. De animales a dioses”, afirma lo siguiente:
¿Por qué hay tanta preocupación en el mundo porque se nos pueda agotar la energía?
El mundo no carece de energía, de lo que carecemos es del conocimiento necesario para dominarla y convertirla para nuestras necesidades.

La cantidad de energía almacenada en todos los combustibles fósiles de la Tierra es insignificante si se compara con la cantidad que cada día dispensa el Sol, y de forma gratuita. Solo una minúscula proporción de la energía del Sol alcanza la Tierra pero supera 3.766.800 exajulios de energía cada año (un julio es una unidad de energía que equivale a la energía que gastamos cuando levantamos una manzana pequeña a un metro de altura. Un exajulio es un trillón de julios).
Todas las plantas de la Tierra captan únicamente unos 3.000 exajulios solares mediante la fotosíntesis. Todas las actividades e industrias humanas juntas, consumen alrededor de 500 exajulios anuales, que equivalen a la cantidad de energía que la Tierra recibe del Sol en solo 90 minutos. Además, estamos rodeados por otras enormes fuentes de energía, como la energía nuclear y la gravitatoria, esta última es más evidente en la potencia de las mareas oceánicas causadas por la atracción de la Luna sobre la Tierra.
En realidad, estamos viviendo junto a un enorme océano de energía que contiene billones y billones de exajulios de energía potencial. Todo lo que tenemos que hacer es inventar mejores bombas para extraerla y aprovecharla.
¿LOS HOMBRES CONTRA EL MUNDO?
En la actualidad, los continentes de la Tierra son el hogar de más de 7.000 millones de sapiens. Si se pusiera a toda esta gente en una balanza, su masa combinada sería de unos 300 millones de toneladas. Si a continuación se cogieran a todos nuestros animales domésticos (vacas, cerdos, ovejas y gallinas) y se pusieran en una balanza todavía mayor, su masa supondría del orden de 700 millones de toneladas. En contraste, la masa combinada de todos los grandes animales salvajes que sobreviven (desde puercoespines y pájaros bobos a elefantes y ballenas) no llega a los 100 millones de toneladas.
Los libros de nuestros hijos, nuestra iconografía y nuestras pantallas de televisión están todavía llenas de jirafas, lobos y chimpancés, pero en el mundo real quedan muy pocos. En el mundo hay unas 80.000 jirafas, frente a los 1.500 millones de ganado vacuno; solo 200.000 lobos, frente a los 400 millones de perros domésticos; solo 250.000 chimpancés, frente a los miles de millones de humanos.
Según Yuval Noah Harare, la humanidad se ha apoderado del mundo, en su beneficio. En el futuro, escasez de recursos no habrá para el hombre, pero el temor a la degradación ecológica está más que fundamentado y si todo sigue igual, la destrucción de lo que aún queda del hábitat natural, llevará a la extinción de la mayoría de las demás especies.
¿DESTRUIRÁ EL PROGRESO A LA NATURALEZA?
Esta degradación del hábitat natural que el hombre está originando, no lo llevará a su destrucción, sólo al cambio. La naturaleza no puede ser destruida. Hace 65 millones de años, un asteroide aniquiló a los dinosaurios, pero al hacerlo abrió el camino para el progreso de los mamíferos. Hoy en día, la humanidad está llevando a muchas especies a la extinción y puede llevar a aniquilarse a sí misma. Pero hay otros organismos a los que esta situación les va muy bien. Las ratas y las cucarachas, por ejemplo, están en su apogeo. Probablemente estos tenaces animales saldrían de entre las ruinas humeantes de una catástrofe nuclear, dispuestas a difundir su ADN y capaces de hacerlo. Quizás dentro de 65 millones de años, unas ratas inteligentes contemplarán agradecidas la destrucción que la humanidad provocó, igual que nosotros podemos dar las gracias a aquel asteroide que acabó con los dinosaurios.
Pero a pesar de tan malos augurios, el profesor Yuval Noah Harare, afirma lo siguiente:[Los rumores de nuestra propia extinción son prematuros.].
¡Menos mal! Eso nos salva… Por ahora. 

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