jueves, 10 de abril de 2025

DOMINGO DE RAMOS

Colaboración de Paco Pérez

¿HEMOS COMPRENDIDO A JESÚS?

Dios siempre ayuda y por eso, cada mañana, orientaba a Isaías para que guiara a las personas, él cumplía, lo ofendían pero lo sufría con resignación porque sabía que la sociedad maltrata a quienes defienden la justicia y la verdad, les respondía con buenas acciones y agradaba al Señor.

Jesús también fue incomprendido y lo comprobamos porque el día que fue “aclamado” por el pueblo se reunió con los discípulos para celebrar la Pascua comiendo, bebiendo y, al finalizar, se encaminaron al monte de los Olivos. Al llegar los invitó a orar pero ellos se durmieron y antes de que llegaran para detenerlo los despertó. Hubo enfrentamientos pero Jesús solucionó el problema, lo “acusaron” y “apresaron”, lo llevaron ante las autoridades para interrogarlo, no encontraban delitos y lo llevaron de uno a otro.

Pilato intentó salvarlo declarándolo inocente y proponiéndoles soltarlo después de azotarlo. No lo aceptaron y le pidieron que soltara a Barrabás. Pilato cedió, se lo entregó y lo llevaron, como un delincuente, hasta el monte de la Calavera. Cargado tuvo caídas y obligaron a Simón de Cirene a llevarle la cruz. Lo “crucificaron” entre dos ladrones y “murió”.

Lo sucedido los dejó desilusionados, doloridos y atemorizados porque, al no comprender la dimensión real de lo ocurrido, pensaron que todo había sido… ¡Un fracaso!

Esa visión cambia si tomamos como referencia el “Plan de Dios” para las personas pues entonces vemos otra realidad diferente: Sí “fracasaron” las autoridades pues actuaron contra Él empleando el “egoísmo” y la “mentira” para seguir disfrutando de sus privilegios.

Se hizo visible esa realidad después de matarlo pues sus seguidores y las personas buenas comprendieron quién era realmente cuando recordaban el verdadero sentido de sus palabras, las cosas que hacía para ayudarles y su lucha sin violencia para que hubiera igualdad. Entonces las mentes se abrieron y salieron sin miedo a las plazas para dar testimonio y predicar… ¡Ese fue su “triunfo silencioso” y el “gran fracaso” de quienes lo mataron!

Lo entiendo así porque aprendieran su mensaje de manera práctica y después continuaron la labor misionera que Él inició.

El diseño del Padre fue perfecto pero los discípulos, a pesar de haberle acompañado a diario, no tuvieron claras las ideas y creyeron, al crucificarlo, que se había acabado aquel viaje ilusionante que iniciaron un día junto al “lago”… ¿Por qué se sintieron perdidos?

Porque no es fácil asimilar que un día vieran cumplida en Él la promesa que les había hecho Dios sobre el Mesías, que lo proclamaran como tal, que en unas horas quedara destruida la esperanza de conseguir con su ayuda la libertad que Roma les había arrebatado y que, de pronto, todas esas ilusiones acabaran en la CRUZ.

Ocurrió porque esperaban ilusionados a un Mesías Salvador que expulsara a los romanos con una espada en la mano y no que les propusiera ofrecer la otra mejilla. Por eso se sorprendieron, lo rechazaron y prefirieron a Barrabás, un celota que luchaba contra Roma y mataba.

No lo interpretaron bien porque no comprendieron que sus palabras y acciones fueron las semillas que “sembró” para  que la cosecha futura regalara el CRISTIANISMO.

No olvidemos que Pedro lo negó tres veces, Tomás necesitó tocar sus heridas y todos tuvieron miedo y se escondieron.

¿Sigo escondido en 2025 o doy la cara por Jesús cuando la ocasión lo requiere?

Yo creo que no le respondo como Él espera de mí.

  

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