lunes, 24 de julio de 2017

TOMANDO EL FRESCO EN LAS NOCHES DE VERANO

Colaboración de Paco Pérez
Capítulo V
LA ENFERMEDAD DE MARÍA "LA GRANDE"
Cuenta Josefita que cuando se enteraban las vecinas de su llegada empezaban a visitarla y por eso la tertulia, cada noche, aglutinaba a más personas. 
Un verano, al poco de empezar y como suele ocurrir siempre en la vida, todo no pintaba color de rosa porque en aquel entorno vivía un vecino, ya fallecido, que tenían una “mala follá” impresionante, era tan grande ésta que si se hubiera ido al mercadillo a venderla en bolsas no se le hubieran agotado. 

Éste, en vez de ir a la reunión o permitirle a su esposa que acudiera para divertirse en la tertulia se lo prohibía y, además, se cabreaba un montón cuando veía llegar a las vecinas y después escuchaba sus risotadas. Su enfado fue en aumento cuando noche tras noche presenciaba el espectáculo desde la distancia y éste llegó a su punto más álgido cuando una noche, al verlas llegar le dijo a su mujer:
- ¡¡¡Ya están ahí las tías p_ _ _ _ esas detrás de María!!!
Unas horas después, cuando la reunión se fue calentando y él escuchó el jolgorio que tenían, le susurró con gran indignación a su paciente esposa:
¡¡¡Tenía que caerles a todas un bombazo!!!
Levantemos el telón y disfrutemos con esta señora y sus ocurrencias.
Esta historia le ocurrió unos años antes de morir, cuando vino a Villargordo de vacaciones para pasar el verano y estando ya muy mayor.
Un día estaba hablando con una vecina, se notaba mal y le dijo:
- Estoy que no puedo vivir, no aguanto más.
La vecina le aconsejó ir al médico y ella le respondió así:
- Dentro de unos días vienen mis hijos desde Barcelona a verme, voy a esperarlos y entonces ya me llevarán ellos.
Efectivamente, unos días después se hicieron presentes y ella les comunicó que se encontraba muy mal. La hija tenía mucha amistad con el director del Hospital de Linares y lo llamó para contarle que estaba en el pueblo y que al llegar se había encontrado a su madre muy enferma y quejándose sin parar.
El doctor le aconsejó que la llevaran al Centro Hospitalario al día siguiente, que él las estaría esperando. Así lo hicieron y una vez en él fue explorada por los doctores de los pies hasta la cabeza, porque le realizaron un reconocimiento muy completo.
Cuando estuvo de vuelta, Josefita la visitó y le preguntó:
- ¿Qué dicen los doctores que tienes?
Vaporela – le respondió María.
- ¡¡¡Vaporela!!!
Josefita quedó sorprendida con la respuesta recibida y volvió a preguntarle:
- ¿Qué enfermedad nueva es esa?
– Pues yo que sé lo que es esa enfermedad. Me han dicho que es una cosa nueva y que ahora tiene todo el mundo en los huesos.
Cuando Josefita escuchó su respuesta le dijo:
- Con que “vaporela”… ¿No será osteoporosis lo que te han sacado?
- ¡¡¡Eeeeso mismo!!!
- ¿Y qué tratamiento te han mandado?
- Inyecciones, pastillas y una pomada. Si después de tomar y ponerme estos potingues no me mejoro me han dicho que tendrán que ponerme “frigorías”.
- ¿Frigorías? Ni que fuera tu cuerpo un aparato de aire acondicionado… ¿No serán filtraciones? – le preguntó Josefita.
- ¡¡¡Eso, eso, filtraciones!!!
- Cuando se lo contó a su hijo le dijo éste:
- Mama, cuando vuelva a Barcelona, mando esta historia a “La Vanguardia” para que la publiquen.


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