jueves, 16 de septiembre de 2021

CONVERSANDO CON…

 Colaboración de Paco Pérez

JOSÉ LUÍS CASTELLANO JIMÉNEZ


El obituario en el que José Carlos nos recordaba cómo era sirvió para mostrarnos el dolor que le había causado su desaparición, como familiar y amigo, y algunas de las muchas vivencias que protagonizaron en sus años de convivencia íntima.

Al leerlo el recuerdo me ha transportado hasta dos de las conversaciones que tuve con el finado hace años, cuyos contenidos se me despertaron al leer esta frase de José Carlos: [Persona de profundas creencias Religiosas.]

Quienes decimos ser cristianos vamos y venimos mucho a los tópicos de siempre: La fe, ser buenas personas, ir a misa, acompañar a las imágenes en procesión… Después, cuando los problemas porracean en la puerta del vecino, cerramos la nuestra o nos ponemos tapones en los oídos para el ruido pues consideramos que no debemos inmiscuirnos en sus problemas cuando lo que realmente hacemos es olvidarnos, en momentos como ese, que Jesús nunca dio la espalda a nadie sino que siempre estuvo al lado del necesitado.

Cuando pasan los años algunas personas comprueban que la realidad de la religión que se les mostró es totalmente diferente a lo que cada día les sigue pidiendo Jesús y entonces, quienes tienen buen corazón, se dan cuenta que deben cambiar intentando no olvidarse de su mensaje para comenzar a poner en marcha su ejemplo: Decir y hacer.

Por este planteamiento me pregunto… ¿Decimos y hacemos o nos limitamos a decir?

Es muy complicado “hacer” pero, si caer en el error es lo frecuente, considero que cada día deberíamos intentar hacer algo diferente cuando deseamos mejorar lo malo anterior y, sobre todo, realizarlo en silencio y no con altavoces y delante de las cámaras de vídeo o TV… ¿Por qué hago esta propuesta?

Porque este es el comportamiento cristianismo que muchas personas ofrecemos pero como también sé que generalizar es incorrecto pues para demostrar lo que digo voy a desvelar, después de muchos años, el contenido de una de las muchas conversaciones que tuve con José Luís y en esa ocasión hablamos de estas realidades. Unos días después, al salir de la velada lúdica de la cafetería, retomamos el tema anterior y comentamos los hechos que se repetían a diario durante la partida de “Julepe” que jugábamos por las tardes en la CafeteríaCAVI” durante las vacaciones veraniegas. En ella comentamos las cosas graciosas que ocurrían y también la parte desagradable, que unos perdían con más asiduidad de lo normal y otros ganaban casi siempre, en este grupo nos encontrábamos los dos.

A pesar de esta realidad favorable nos mostrábamos preocupados porque algunos no tenían solución y no decidían poner de su parte para evitar aquel deterioro leve de sus bolsillos. Después de esos comentarios José Luís se puso muy serio y me dijo:

- Paco, llevamos un tiempo dándole vueltas a este tema y estoy casi decidido a no acudir a la partida porque, aunque es un juego de poca envergadura, ya no me siento cómodo y lo mejor es cortarme la coleta… ¡Y lo cumplió!

No recuerdo haberlo visto más por las partidas cafeteras y debo aclarar que en aquellos tiempos el café se pagaba con pesetas.

Yo sí continué visitando las tertulias cafeteras, me cambié de actividad lúdica y me incorporaré a las partidas de ajedrez que se organizaban en la CafeteríaAlberfas”.

También he recordado otra conversación que tuvimos y en ella me comentó, con gran ilusión, el viaje que realizó a Tierra Santa. Unas fechas después me regaló por e-mail una foto de aquel viaje, cuyo motivo era una escena bíblica que estaba pintada en un cuadro que había colocado en el retablo de un templo. Me gustó mucho y le pedí permiso para transformarla en nuestra felicitación de Navidad.

Qué bien lo conocía José Carlos y qué auténtico lo retrató en esa frase y en estas estrofas:

 

[Historias de los momentos más cuerdos

se agolpan y se acomodan en mente,

de pretéritos y bellos recuerdos.

 

Quien te trató, supo que ibas de frente

con sencillez, llano y sin dobleces,

por ello te apreció toda la gente.].

 

¡HASTA SIEMPRE, ALLÁ DONDE ESTÉS!

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