miércoles, 4 de enero de 2023

EL BAUTISMO DE JESÚS

 Colaboración de Paco Pérez

¿TIENE SENTIDO EL ACTO BAUTISMAL ACTUAL?

Isaías intentó levantar el espíritu decaído del pueblo anunciándoles la venida de un hombre extraordinario, no mencionó su nombre, pero bien pudo referirse al Mesías. Lo mostró con unas virtudes únicas que le permitirían cambiar las prácticas tradicionales y, lo más importante, no emplearía la violencia. Su acción sería permanente, hasta que lograra instaurar el orden verdadero entre las personas, defendiendo siempre la verdad y la justicia.

Pasaron muchos años, el “Plan de Dios” para el hombre siguió cubriendo sus etapas y a JuanEl Bautista” le correspondió allanar los caminos del Señor.

Juan, cumpliendo la misión que le encomendó Dios, renunció a llevar una vida cómoda y se retiró al desierto. Allí comía lo que encontraba, vestía con austeridad y predicaba a quienes se le acercaban. Las personas acudían al Jordán ilusionadas con su mensaje y ejemplo de vida, se arrepentían, cambiaban sus formas de vida, las bautizaba, recibían el perdón y comenzaban a vivir de manera diferente.

Un día, mezclado entre los que acudieron, se acercó Jesús para ser bautizado y Juan se opuso. Está en Lucas 3, 16: [Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.].

Después, Juan obedeció y Jesús recibió el bautismo, reafirmando así su condición de hombre-Dios y dando ejemplo.

Con este cumplimiento Jesús se arriesgó a que el pueblo dudara de su grandeza pues podían pensar que lo recibió porque también había pecado y eso los podía empujar a pensar que no era el ser extraordinario que habían anunciado los profetas y ellos esperaban.

El pueblo creía que la venida del Mesías estaba próxima y es posible que, al bautizarse Jesús, lo que deseara fuera respaldar lo que hacía Juan, mostrarnos su condición humana y enseñar a las personas de todos los tiempos lo que debían hacer.

Jesús recorría los pueblos predicando, Pedro lo acompañaba y así aprendió de Él que Dios acoge a todos los hombres sin hacer distinción entre ellos por razón de nacionalidad, raza o condición social. Cuando predicaba lo ponía como ejemplo y les decía que pasó su vida haciendo el bien a todas las personas.

A los cristianos que procedían del judaísmo, Pedro lo era, les costaba aceptar el mensaje de Jesús sobre la igualdad y la no discriminación. A Pedro le costó comprenderlo y el mejor ejemplo lo dio cuando aceptó en su comunidad a unos paganos de origen romano, Cornelio y su familia.

Eran muy importante y necesario el cambio personal y el arrepentimiento para acercarse a recibir el Bautismo y por esas premisas me pregunto… ¿El Bautismo que se imparte en nuestros días es el modelo que practicó Juan y recibió Jesús? ¿Debemos recibir el Bautismo siendo bebés?

Yo considero que lo deben recibir las personas mayores porque pueden buscar a Dios, conocerlo y amarlo… ¿Cómo?

Leyendo la Biblia, viviendo en la familia y la sociedad como Cristo desea, acudiendo a la Parroquia para formarnos, participando en los actos y actividades que se programen en ella…

Opino así porque el modelo actual lo hemos convertido en un acto social tradicional que empieza en la Parroquia para continuar y acabar, unas horas después, en un restaurante y lo hago apoyado en esta propuesta de Benedicto XVI: [Tenemos la insuperable necesidad de encontrar la responsabilidad social (caridad), a través de la verdad y la humildad.].

 

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