jueves, 19 de enero de 2023

JESÚS NOS LLAMA

 Colaboración de Paco Pérez

¿LO SEGUIMOS?

Las personas acostumbramos a planificar nuestras acciones futuras con unos días o meses de antelación pero Dios lo hace muchos siglos antes. Ejemplo: En el 734 a.C. el rey de los asirios ocupó parte de Samaría, el pueblo se sintió abandonado por el Señor, Isaías les dio ánimos y les comunicó una buena noticia, la Luz vendría a ellos regalándoles el final de su sufrimiento y el nacimiento de Jesús. Leemos Mateo 4, 14-16: [Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: País de Zabulón, y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.].

Cuando el Bautista comenzó a predicar lo que decía no fue bien recibido por todos pues algunos, llenos de egoísmo, temieron perder la buena posición social que disfrutaban, lo rechazaron y acabaron apresándolo

porque, como no supieron valorar que Dios les brindó la oportunidad de conocer la Luz, ellos no la acogieron.

Cuando Jesús tuvo noticias de lo ocurrido a Juan, para evitar esos peligros, se marchó a Galilea y, aunque tenían otras creencias, ellos sí recibieron la Luz y no la rechazaron. Jesús comenzó allí su andadura evangelizadora y realizó la elección de discípulos entre sus gentes. Un tiempo después enseñó, a quienes enviaba a evangelizar, que cuando entraran en un lugar, si no los recibían bien, debían sacudirse el polvo y marcharse a otro sitio. Jesús se marchó de Judea a Galilea ¿Fue un capricho o lo hizo por lo que ocurrió a Juan?

Él les hablaba del Reino de Dios, de la necesidad que tenían de convertirse y les aconsejaba qué debían hacer para alcanzarlo, tener el firme deseo de mejorar y comenzar a mostrar una actitud de cambio real.

Unos años después Pablo escribió a los corintios para intentar reconducir los diferentes criterios que tenían en aquella comunidad para entender el mensaje de Dios e intentar así poner fin al problema de no saber vivir en comunidad… ¿Por qué?

Porque todos hemos recibido de Dios unas cualidades pero todavía no hemos asimilado que nos fueron regaladas para ayudar a los demás y no para beneficio propio o para imponerlas porque sí.

 

 

 

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