viernes, 31 de mayo de 2024

EL CORPUS CHRISTI

 Colaboración de Paco Pérez

LA EVOLUCIÓN DE LA LITURGIA

Las personas siempre buscaron, y buscan, la protección de Dios ofreciéndole sacrificios y exponiéndole sus problemas, mostrándose arrepentidos de sus errores, pidiéndole perdón y agradeciéndole su ayuda. Si comparamos los modelos antiguos con los actuales y somos sinceros entonces comprobamos las diferencias y una realidad incuestionable, seguimos sin conocer el verdadero sentido del ritual porque con la manifestación pública de Jesús todo cambió y alcanzó su punto culminante al concluir su etapa terrenal… ¿Por qué?

Porque ya no se sacrificaban animales al ser Él el templo donde se derramó su sangre y no la de ellos, es decir, ya no había necesidad de más sacrificios cruentos en los templos porque con el suyo quedaron perdonados los pecados de las personas de todos los tiempos y nos regaló la salvación por el amor que el Padre nos tiene. Este es el fundamento de su mensaje, el porqué de los sucesos que se desencadenaron después y el ritual de la “Nueva Alianza”.

En la Última Cena celebró el fin de su etapa terrenal y la despedida de quienes habían sido sus discípulos pero ellos la interpretaron como la celebración de la cena de Pascua.

Jesús nos enseñó con ella que es necesario reunirse alrededor de la mesa cuando hay motivos, ese día los había porque iban a tomar caminos diferentes y antes de separarse era bueno compartir la comida, las alegrías, los sufrimientos, los proyectos personales para el futuro… y les comunicó que iba a entregar su vida cruentamente para el perdón de los pecados de las personas de todos los tiempos.

En esos momentos no captaron el fondo del anuncio pero, cuando se desencadenaron los acontecimientos dolorosos y se fueron cumpliendo las palabras que les había dicho entonces lo comprendieron, recordaron las enseñanzas recibidas en aquellos años junto a Él, las comunicaron a quienes los escuchaban y así cumplieron su encargo… “Haced esto en memoria mía”.

Los actos de las primeras comunidades cristianas eran su alimento espiritual, la fe los mantenía unidos y las acciones ejemplares que hacían eran el fruto de la vida práctica que Él llevó y ellos aprendieron. Aquel modelo de comunidad y celebración litúrgica fue cambiando de formato hasta el actual… ¿Por qué?

Supongo que para hacerla más entendible pero si esa evolución ha consistido en llamarle Misa o Eucaristía, acudir el sábado o el domingo al templo, permanecer en silencio durante la celebración, recibir de manera casi masificada la Eucaristía, no comentar los planes parroquiales para dar solución a los problemas que hay y marcharnos a casa… ¿Ese es el camino?

Juan nos propone en la “hojilla” dos interrogantes, para mí, muy orientadoras… ¿Asisto a Misa o celebro la Eucaristía? ¿Salgo de las Eucaristías con el corazón abierto y cambiado, con deseos de compartir?

 

 

 

 

 

 

 

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